martes, 27 de diciembre de 2022

- GOLPE. -



Una imagen destaca por encima de todas. Es la de un ladrón, amenazando con degollar con un enorme cuchillo al subdirector del Subster Bank de Newcastle. Y alrededor de la entidad bancaria, todo parece una película.

Cámaras, coches policiales, sirenas, fuerzas de élite y muy pocos ladrones. La imagen de la televisión, da la vuelta al mundo.

La teniente de policía Farlow, a través de un megáfono, trata de negociar con el ladrón. La mujer policía ha logrado que el atacante se relaje, y han pactado un tiempo de tregua durante el cual, se le entregará al peligroso ladrón,-que lleva tapado el rostro-, algo de comida y de beber. Y tiene que ser la esbelta teniente Farlow, quien hará llegar al caco lo pactado. Sus compañeros, tratan de hacerla desistir:

- "¿Va a hacer caso a ese loco, teniente? ..."

- "¡Sí! ¡Y no quiero ayudas inesperadas! ¿Se ha oído bien? ..."

- "Pero, señora Farlow ..."

- "¿Es que no me oyen? ..."

Rubia como el maíz y delgada como un junco, la teniente Farlow. Treinta y nueve años y un expediente ejemplar. Soltera, hermética, amante de la dureza y de la acción, y enamorada hasta las trancas de su riesgosa profesión.

Y sin ningún tipo de armas, Mariah Farlow entra en el Banco. a continuación, entrega los víveres al ladrón y le dice:

- "Debemos actuar. Yo, le prometo, que no le pasará nada si se entrega de inmediato. Voy a darle un tiempo más para que reflexione ..."

El ladrón, responde en un perfecto inglés sin acento foráneo: - "¿No comprende usted que esto podría acabar mal y ya, señora? Podría matar a este banquero y a usted misma, y de modo inmediato, ¡joder!" ..."

Teniente Farlow: -"¡Y usted sería el tercero! ¡Haga lo que le digo! Reflexione. Y en veinte minutos, quiero y necesito verle salir de aquí. ¡Prométame que lo va a pensar! ..."

- "¡Adiós, señora! ¡¡ Fuera de aquí!! ...!"

Y la mujer sale del Banco. No tiembla. Está concentrada en el deber de lo que tiene que hacer. Que es, esmerarse día tras día en su trabajo. Y vuelve junto con sus expertos compañeros, e intercambian ideas, acciones, opiniones, y sensaciones. Alguien informa a la teniente: 

- "Los de Inteligencia Informática nos dicen algo extraño, teniente ..."

- "¿Y, es?", responde Farlow ...

- "Todas las cajas de dinero están vacías. Lo han robado casi todo. Está ya depositado en un paraíso fiscal recién abierto. Ese sabe de informática. ¡Lo de ahí adentro es una pura comedia, señora Farlow! ..."

A lo que la mujer, informa: - "¡Sí! Sé que el hombre secuestrado es un compinche. Me ha confesado a través de gestos desesperados y sin que le viera el ladrón oficial. Se ha rajado. Y ahora, teme que su cómplice acabe realmente con su vida ..."

- "Qué hacemos pues, teniente? ..."

- ¿"Tienen a los otros seis trabajadores del Banco?, ¿dónde están y qué hacen? ...", contesta la valiente y astuta mujer policía.

- "Están identificados, y retenidos en nuestras unidades policiales, señora. Muy asustados ..."

- "Llévenles a todos a comisaría, pero no hagan mucho movimiento. Lo más probable es que todos ellos sean inocentes, incluido el director. Pero, nuestra obligación es descartar. ¡Vamos! ..."

Transcurrido el tiempo acordado, la teniente se acerca al Banco y entra. Con decisión. Y se dirige al ladrón de la cara tapada:

- "Estoy de nuevo aquí, amigo. ¡Vamos los tres hacia afuera! ¡Venga! ..."

Y en ese mismo momento, el subdirector de la entidad golpea al ladrón oficial haciéndole caer. Y  facilita la labor a Farlow, la cual lo reduce de inmediato. Las cámaras siguen ahí. Están ahí. Demandan estar ahí. Siempre estarán ahí en nuestra sociedad de la imagen.


Ahora, la teniente Farlow, cena con el juez David Storms, que es el designado para llevar este caso y honrar a la justicia con el mayor rigor. El citado juez bromea con la teniente:

- "El ladrón se rindió al ver tus enormes ojos, irresistiblemente atractivos, mi respetada agente Farlow ..."

- "Usted tampoco está nada mal, David. Pero es mejor que hablemos de trabajo, ¿no cree? ..."

- "Este es un acto ilegal, Mariah. Si nos ve la defensa del caso, me quitan de en medio. Y tú lo sabes ..."

- "Lo sé, David ..."

- "Entonces, será mejor que no mezclemos el trabajo con el placer, teniente. ¿Nos vamos a mi casa? ..."

- "No sé qué decir, señor juez. pero es cierto que allí nadie nos vería ..."

-Y LA TENIENTE FARLOW SONRÍE DESLUMBRANTE-
 

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