jueves, 22 de diciembre de 2022

- EL REY BALTASAR. -



El rey mago Baltasar, era mi rey favorito siendo yo niño. Me parecían demasiado parecidos y demasiado reyes convencionales, Gaspar y Melchor. A veces, les confundía.

Siempre he sido un niño explorador de cosa nueva. ¿Un rey negro y mago? Yo nunca veía reyes negros,-ni disfrazados-, y no digamos, magos. Si un negro era un plato de segunda, ¡qué bien que Baltasar tuviera el mismo rango y magia que los reyes blancos! ... Por exotismo y misterio,-quizá solidaridad-, abracé en preferencia a Baltasar.

Lo negros eran esclavos y tenían poco predicamento social. Estaban en África, en Estados Unidos, en Brasil, y en otros países no africanos.

Cuando me dijeron y pude ver que Pelé era el mejor futbolista del mundo, me adentré en la idea aventurera y mágica, de que un negro podía ser hasta mucho mejor deportista que un blanco y en mi deporte favorito. ¡Oh, qué magia la de Edson Arantes do Nascimento! ...

Un día vi una película de Tarzán, y me vino al pensamiento de que ahí había racismo. Tarzán, bueno, alto, fuerte, justo, dominador en tierra extraña, noble, guapo y hasta con novia. ¿Es que no podía existir un negro con similares cualidades que Tarzán, o incluso mejores?, ¿es que no era creíble un negro o un chino con tales virtudes? ...

El primer negro chico de la película que yo vi, fue Sidney Poitier. Ese profesor valiente e inteligente de "Rebelión en las aulas", podía gustar ya a cualquier mujer. ¿Razas?, ¿qué era eso de las razas y de los supremacismos? ¡Absurdo! ...

En otro momento, el cine llegó hacia Denzel Washington. Ahí ya había mucha verdad. Ese hombre ya podía sin duda gustar a las chicas blancas también. Eso es una realidad objetiva. Y Morgan Freeman, y tantos actores y actrices de color. Quizá a alguien pueda no gustarle Beyoncé. A mí me parece una maravillosa reina maga. Como lo fue la cantante Amy Winehouse.

Descubrí finalmente a las protestas del asesinado Martin Luther King, a la magia imparable del enorme Muhammad Alí, a unos tipos bajitos y verdes que eran máquinas tremendas de correr el fondo, como las sucesivas generaciones de etíopes. Y más altos los kenyatas y los súper atletas yankees. Y la alta magia de Magic Johnson, Jordan o Lebron. Entre muchísimos.

Mi mejor rey mago Baltasar de la música fue el niño eterno Michael Jackson, con sus eternas canciones y sus bailes maravillosamente imposibles. Nelson Mandela fue rey Baltasar.

Sí. Gracias a muchos de los personajes antes citados, me seguirá siempre dando fortuna, mi favorito rey mago Baltasar.

Me hizo reflexionar acerca del racismo blanco y los negros. Dicen que huelen diferente, y esas cosas, pero ...

De lo que me di cuenta es de que los negros eran para mí unos grandes desconocidos, que podían regatearse a cinco contrarios como hacía el malinés Salif Keyta, cuando yo iba al Estadio de Mestalla a ver jugar al equipo de mi ciudad. Y aprendo a saber por qué me gusta tanto Brasil y sus gentes. Porque son mi misterio.

Los negros, son lo mismo que los demás blancos. Y por tanto, me llevé una enorme y positiva sorpresa con ellos cuando les vi más de cerca. No eran solo cazadores de leones con taparrabos, o saltimbanquis y rápidos atletas. Lo que ocurría y ocurre es que los blancos nos hemos empeñado en que estén lejos y que no vengan. Que se queden en sus países con sus guerras, calores y hambrunas.

Por eso le doy las gracias al rey Baltasar. Y me dice en su magia, que todavía debo ver mucho más de cerca a la realidad de los negros, que es vergonzosa la fosa de cadáveres que hay en el Nostrum, y que los blancos hemos de ser más magos y menos reyes.

-PARA PODER DARNOS CUENTA- 
 

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