lunes, 2 de junio de 2014

- V. DEL BOSQUE TIRA DE PALMARÉS PARA BRAZIL 2014. -



Sin sorpresas. Como es él. Sin grandes convulsiones ni movimientos estridentes. Con serenidad y convicción. Agradeciendo a sus grandes los logros obtenidos y siendo cauteloso hacia las nuevas perlas. Vicente del Bosque apuesta por esos chicos suyos que han llevado a la Selección Española de fútbol a la cumbre de todos los éxitos posibles.
Prescinde del extremo Navas, y algunos quieren abrir algunos peros. Mantiene al veterano Xavi Hernández, y otros le acusan de equipo envejecido. Mas lo que hacen es no conocer el talento ni los méritos de este extraordinario seleccionador. Tiene toda la fe en lo que hace. En este mundo se está arriba para tomar decisiones. Ha de elegirse una dirección y un sendero. No se trata de contentar a otros, sino de estar en paz con la coherencia propia.
Continuismo. Tradición. Los del tiki-taka. Esos son los suyos. Los que le gustan a Vicente. Los técnicos. Los que pueden ganarlo todo incluso sin delanteros centros acertados. Una apuesta por las señas de identidad. Nuestro fútbol ha de ser así, así, y asá. Del Bosque tiene todo bien presente, y nos muestra firmemente su personalidad.
Todos los jugadores tienen cuatro años más desde la proeza de Sudáfrica. Los años nunca pasan en balde. Eso es ley de vida. Le ha pasado a Alemania, a Francia, a Brazil y a todos. Pero también esto no es sorpresa porque forma parte de la lógica de las reglas del juego.
Renovaciones, las mínimas. Tiempos vendrán. La idea de Del Bosque habrá sido arriesgada o la mejor, pero debe ser respetada y entendida. En los últimos tiempos de su carrera deportiva, deben estar cerca de Maracaná, Villa o Xavi Hernández. Y no solo porque de paso son homenajeados en el país del fútbol arte, sino porque realmente merecen estar ahí en el grupo. Fueron grandes y lo siguen siendo. Será su último Mundial, pero que nadie piense en un lar de jubilados. Queda fútbol.
Del Bosque siente la lesión de Thiago Alcántara, y le preocupan los músculos de Diego Costa. Pero el valor se demuestra andando y en Cronos. Dentro de diez días y con la cabeza alta de los campeones, el gran rival a temer volverá a ser España. La "Roja".
Todos los pronósticos abominan de un segundo "maracanazo". Creen que una nueva gran decepción le haría demasiado daño al fútbol carioca. Y aunque es evidente el músculo de la canarinha, no está tan diáfano lo excelso de su fútbol antaño mágico.
Todo está abierto para Brazil 2014. Comme il faut. Como debe ser. Y entre convulsiones sociales y desarrollismos de hierro, parece que la presidenta Dilma Rousseff dará por fin el gran banderazo.
Y en ese justo momento en el que el silbido de un árbitro dé paso al dios fútbol, todas las pasiones deportivas y de ancestro serán encendidas a modo de llama olímpica. Y entonces solo podrán ganar los mejores. Y lo demás olerá a queja lastimera.
España acude a Brazil con más años, menos técnica, pero idéntico espíritu de campeón. Con sello. Apuntala sus zonas defensivas con carne fresca, pero siempre está la idea del otro área. Del Bosque quiere apoyos pero nunca vasallos excesivos. Los que llegan, también se lo merecen y de sobras. Nadie ha regalado nada.
Vuelve Iniesta, y Casillas, y Busquets, y Xavi Hernández, y Alonso, y Ramos, y Pedro, y Villa, y Piqué, y Silva, y todos los magos bajitos que gustan de la posesión del cuero para llevar las iniciativas y las manijas.
Pronto saltarán a los céspedes brasileños los Campeones del Mundo y de Europa. Y toda la expectación irá con ellos. Enfrente tendrán todos los obstáculos y un país nervioso de orgullo y fútbol. Pero el salmantino Del Bosque ha sido jugador y adora este deporte. Se lo conoce todo, y nada le sorprende. Y sabe que gane o pierda, lo deberá hacer con honor y deportividad, con elegancia y grandeza. Como siempre ha de ser.
¡SUERTE, Y ADELANTE!

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