lunes, 10 de febrero de 2014

- LA FIESTA DEL CINE ESPAÑOL -



Con brujas y sin ministro de agenda. La gran ceremonia de los Goya. El gran escaparate y la gran convocatoria. Como Teruel, el cine español también existe. Y parece rojo y de guerras civiles, reinvindicativo y activista, republicano y juvenil. Es nuestro cine.
Un cine que no es el de la palomita de cine comercial, ni el más abundante, ni seguramente el que más se ve. Porque los cómicos han sido siempre comprometidos y reales a pesar de su ingenio e impostura, papel de humor y aventuras. Dramas y goces.
Benditos rojos en Febrero y en la tele, emulando a George Clonney o a Cate Blanchett. Tenemos derecho a ser creativos, y a que nos pongan la alfombra roja, y a aspirar al Oscar, o al Globo de Oro o de lo que sea. Porque es una noche para ser felices. Merecida y más que eso.
La gente del cine español no se lleva bien con el Gobierno, anda mal de dinero, y el público en general que no va a las salas, pasa de ellos escudándose en que las entradas valen un atraco y no van a las convocatorias. Hay piratas de internet. Pero, nuestro cine, va. Nuestro cine tiene tralla e ingenio, y a Javier Cámara triunfador y simpático con su coche camino de Lenon, disponiéndose a soñar en que otro mundo es posible. Y realmente otro mundo es posible, y juvenil, y feliz y eterno.
España es tierra de actores y de cómicos de la legua, de simpáticos y exagerados caníbales como Alex de la Iglesia, o de clásicos como Trueba o Bardem. Son familias de protagonismo y de sensibilidad, de la Cadena Ser, y de quienes apuestan por esa innata capacidad de los españoles para salir de los charcos y los entuertos. Magos de lo que haga falta.
Nuestras actrices son eternas, guapas, actuales, casi del anonimato y de la victoria en el cásting. Chicas de ternura y de sexo, de ahora y de belleza en la piel, de realidades y de dinamismos. Como las chicas Almodóvar que rompen moldes todos los días al sol.
España es Banderas, y Victoria Abril, y Penélope, y Javier Bardem, y Garci, y mil muchachos que ya son capaces de jugar en la NBA del gran cine universal de los Estados Unidos. Del System.
Mi país es Goya y ruído, y vestido largo y especial de una noche de invierno en abierto, y ausencias y presencias, y sombras chinas, y Elsa Pataky mi amor imposible, y reinvindicación, y ganas de ser indignado, y de reivindicar una marca de existencia.
Y luego vienen los tiempos de vacas flacas, y dicen que hoy por hacer una película es una hazaña, y las voces de la derecha y de los franquistas les llaman casi perroflautas y del todo saltimbanquis. Y Willy Toledo se pone comunista y provocador y se va a Cuba para cagarse en el capitalismo. Y todo se puede esperar del cómico eterno de la aventura que se patea vocacionalmente teatros y escenarios, platós y críticas, comparaciones con la multinacional americana, y alguna sorna de pitido y mofa.
Pero el actor español tiene orgullo y carácter, y que le quiten bailado, y la clase de Fernán Gómez o Berlanga, y un talento necesario y rebosante. Histórico y hasta poderoso. ¡Oh, Buñuel! ...
Yo estoy orgulloso de mis jóvenes y audaces actores y actrices. Les admiro y les valoro que no se callen nunca. Que metan libertad y caña, que dejen todos los armarios vacíos, y que sencillamente no se callen ni una. Porque eso es democracia y espacio de ágora siempre libre, y futuro, y posibilidades, y vitalidad, y maravillosa y sana rebeldía.
-LADRAN, LUEGO CABALGAMOS ... -

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