Ya está. Conseguido. El Real Madrid y el Barcelona se verán las caras en Mestalla y en la final de la Copa del Rey de fútbol, allá para el mes de abril. Uno de los partidos del siglo de este año, ya está servido. La emoción y la pasión, ya son un hecho. La expectación, construída. Ahora, uno de los objetivos de los dos grandes trasatlánticos españoles será la toma de Valencia y de su Estadio de Mestalla.
Si Valencia y La Malvarrosa son presentadas junto con con Gandía como la "playa" de Madrid, ahora también el fútbol les propone esta cota mágica a partido único.
Y lo mejor de esta final, es sin duda la eterna rivalidad entre azulgranas y blancos. Lo más a destacar. El fútbol de élite español ya se arremanga para después de Fallas, abril y para Valencia. ¡Hagan juego, señores! ...
Llegarán las polémicas y las discusiones, y la pasión, y los aficionados, y las tertulias machaconas, y las grandes presentaciones de ambos púgiles Cristiano y Messi como abanderados del evento. El fútbol tomará sal, sabor y dimensión. Los periodistas ya tienen terreno y relleno para recrearse y ofrecer prepartido. Será un duelo intenso y de orgullo. Los dos chicos de la película cara a cara. Los mejores y más prestigiosos equipos españoles frente a frente y con la histórica prisa de arrearse una victoria.
En medio de la Liga española y posiblemente de la Champions League, el Real Madrid y el Barça se enfrentarán en busca de un nuevo logro y prestigio como es el ganarse entre sí. Parece que el mes de abril será muy futbolístico en España. Y, decisivo. Porque una victoria o una derrota en esas fechas te puede herir para las otras dos grandes competiciones en las que catalanes y madrileños siguen vivos y aspirando. Todo comenzará a decidirse en ese mes de la primavera valenciana.
La igualdad, ahora en febrero, todo lo preside. Solo el Atlético de Madrid de Simeone, hace trío y la goma entre los dos colosos. Los demás, solo pueden mirar desde lejos. Es la competición desequilibrada española de fútbol.
El Barcelona no anda rutilante. Messi parece ir in crescendo, pero todavía no alcanza los niveles estratosféricos de la pasada temporada. Es como si fuera tímidamente cogiendo la forma para Brazil y su Mundial 2014. Y es evidente que el Barça es ahora las cosas de Messi. Con Xavi Hernández envejecido, la defensa frágil, y con Neymar todavía adaptándose al fútbol de la gran competición, los azulgranas dependen mucho de la tenencia de la pelota y de la magia del brillo de sus cracks. De los alardes y de las finuras.
El Madrid parece más sólido, pero su juego tampoco está para el jogo bonito o para enamorar. Ahora, el Madrid es orgullo y mucho Cristiano Ronaldo. El Madrid es pegada certera y demoledora, y abundante lucha y pressing que se reparte entre el centro del campo y la defensa. Y, la idea ambiciosa de ganar. A cualquiera. Porque el Real tiene en su prestigio y actitud a buena parte de sus activos. Es un equipo emocional y de goles. El buen fútbol no se genera en ellos. Solo piensan una y otra vez en la victoria y en el resultado exitoso. Ganar o fracasar. Sin términos medios.
Total igualdad. Se temen. Se respetan los dos grandes en esta temporada nueva en la que nada se puede decidir todavía. Y por eso la magia y la sangre de las emociones está por todo lo alto. Porque entre ellos puede pasar cualquier cosa. Y con estas incertidumbres, el fútbol gana mucho, se eleva y alegra. Y el ocio vale la pena y se desenfrena con la lógica de la pasión cercana y de la incertidumbre.
Valencia. Mestalla. Abril. Anótelo en su agenda. Todo un acontecimiento social y en todo el planeta. Aquí, a mi tierra, vendrán gentes de todas las televisiones y países. Y hasta en los lugares más remotos, lejanos y deprimidos, personas de todas las razas vibrarán siguiendo al Barcelona y al Real Madrid y su combate del siglo. Todos sus partidos entre sí reciben ese recurrente y hasta acertado epíteto.
-LAS COSAS MÁGICAS DEL FÚTBOL-
0 comentarios:
Publicar un comentario