martes, 25 de febrero de 2014

- JORDI ÉVOLE Y SU GOLPE FALSO -



La "Operación Palace". ¿Qué demonios sería eso tan sexy y suculento acerca del fallido Golpe de Estado ocurrido el 23 de Febrero de 1981 en España. ¿Dónde estarían las sorpresas y las revelaciones nuevas, siendo Jordi Évole un crack televisivo en mi país? De modo que, expectante, me dispuse a ver su programa "Salvados" en la Sexta Televisión.
Aparecían políticos y periodistas afirmando que había todo un golpe preparado  para evitar tentaciones y fortalecer la democracia o algo así. Para éllo, nos seducían con detalles que parecían tener verosimilitud y hasta credibilidad.
Yo, me lo creí todo. Estaba alucinado. Me estaban diciendo que había habido complicidad con los políticos y periodistas, y que todos habían estado de acuerdo para hacer una enorme farsa. Y entonces exclamé: ¡Joder!, ¿qué coño es esto? ...
Cuando acabó el documental y montaje, nos dijeron que todo era mentira y una broma. Que el golpe fallido de Tejero había tenido lugar, y que se pasaron horas de un miedo y de una terrible tensión en las cuales nuestro país estuvo a punto de perder la Democracia.
Las disculpas por si nos habían asustado, iban parejas a la ironía y el humor. Realmente, lo visto era para asustarse. Y yo pensé que poca broma con el fallido golpe del 23-F. Y se me quedó el cuerpo con un mal regusto ...
El éxito de audiencia fue brutal para la "Sexta". En este sentido, el juego desconcertante de Jordi Évole había supuesto en cifras una victoria total para dicha cadena televisiva. Muchísimos españoles sorprendidos y hasta angustiados, habíamos revivido tan tristes hechos desde la puesta en escena de Évole. Como juego sociológico y de emociones, fue un total acierto. Porque remover la realidad e inquietar con la sorpresa , siempre produce un terremoto masivo de inquietudes y reacciones.
Pero, siendo fiel a lo que sentí, a mí no me gustó lo que hizo Jordi Évole. ¿Demostrar que hasta los nuestros y de fiar pueden manipularnos y colarnos la trola? No sé. Quizás televisivamente, sí. Pero la realidad es mucho más que la tele.
¿Creérselo todo así como así? No es mi caso. Yo, al acabar el domingo su experimento gamberrete, creí menos en Jordi Évole. Y pensé que cuantas más explicaciones de disculpa daba, era peor y más embrollo. Seguramente, fue vencido por la tentación de las audiencias. Por mucho que se ría y desdramatice.
Para mí que Évole patinó por primera vez. Y mira que me sabe mal. Porque su programa es valiente y de los más esperados que puede ofrecer una televisión en España. Es el mejor. Su programa es quien mejor sabe hurgar en las miserias y en las mentiras neoliberales. Es nuestro Robin Hood particular. Nuestra última esperanza arriesgada y clara de compromiso.
Por eso me duele la jaimitada que se le ocurrió y el mal cuerpo que tontamente me dejó. El domingo pasado, Jordi Évole nos falló e hizo el gamberro dejando atrás su más que ganada credibilidad. Y esto puede marcarle para venideros programas. Ojalá me equivoque ...
Jordi la lió. Cogió al país y lo sacudió con juegos malabares. Jugueteó con nuestra credibilidad y con la suya. Hizo una magia rara que no me agradó. Yo le recomendaría al excelente profesional que no lo volviera a hacer, porque podría perder prestigios y seguridad.
¡QUE LE DEN POR SACO A LAS AUDIENCIAS!

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