miércoles, 21 de septiembre de 2011

- VIOLACIÓN SALVAJE -



Madrugada de un sábado en una carretera de Detroit. Ciudad de los motores. La fiesta como tal, ha terminado. Parece que se vislumbra, salvajismo.
Anne Rosse, lo desconoce. Y se limita a conducir su coche plateado, camino    de   su    casa  acomodada. Mujer separada, bellísima, treinta y siete años, abogada y demasiado confiada. Su coche le hace un extraño. Se pinchó una de las ruedas. De modo que Anne coge el gato, y se dispone a cambiarla. Error. Craso error. Nunca lo hagas, Anne Rosse.
Cuatro jóvenes que conducen tras ella un auto negro, llevan una explosiva mezcla de alcohol, drogas y falta de escrúpulos en la sangre. Auténtica ruindad. Paran su vehículo, y el más osado se acerca a Anne Rosse con la excusa de ayudarla. Anne se queda pensativa, y accede finalmente a ser ayudada. Momento que aprovecha otro de los jóvenes, para salir del coche y amordazar a la mujer. Se la llevan, muda y secuestrada.
El más canalla de los cuatro, conoce un descampado cercano. Vive por allí. Y entre risotadas, toqueteos y amenazas, las cuatro hienas varoniles llegan con su coche    al       obsceno     descampado. Escondite de infierno.
Anne Rosse, está conmocionada. Presa del pánico. Aquellas bestias tienen ojos que no huelen a piedad. La tiran en el suelo con la mordaza puesta, para que no se oiga su grito de terror. Y, uno tras otro, la van violando salvajemente todos los orificios de su cuerpo. Anne Rosse, trata de pensar que lo del sexo es mucho menos importante que seguir viva. Hasta que uno de los canallas con pene, habla de penetraciones a los cadáveres. Anne, se estremece ante  aquel anuncio.
Las hienas enloquecidas, comienzan a golpearla sin renunciar al sexo. Pasan   demasiados  minutos. Los desgarros y la sangre, son obstruídos por la oscuridad de la noche feroz. Una de las alimañas humanas, le da un tremendo golpe en la cabeza a la mujer como final remate. Anne Rosse cae al suelo inconsciente.
Los salvajes endemoniados, huyen del lugar a toda velocidad a bordo de su coche negro, mientras farfullan satisfacción y se relamen. Toman finalmente de nuevo la carretera, y en una de las curvas no ven que se aproxima un enorme tráiler. Impacto brutal. Cinco muertos. Los cuatro violadores, y el laborioso conductor del camión de mercancías.
A dos kilómetros de allí, un perro perdido, ve a Anne Rosse y ladra y ladra como un poseso. Ladra tanto, que una de las unidades policiales que patrulla la zona, se siente extrañada   e  intrigada.  Y, los policías, al acercarse al can, descubren a Anne Rosse que yace en el suelo medio muerta.
En el Hospital de Detroit, la mujer se va a ir recuperando físicamente de las    agresiones. Mentalmente, le costará más. Pero, lo va a conseguir. Meses después, Anne Rosse decide que la mejor vendetta ante sus bestias fallecidas, no es otra cosa que apostar por la vida y por la recuperación. Y, decide luchar.
-ES SU OBLIGACIÓN COMO MUJER-

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