miércoles, 14 de septiembre de 2011

- TORDESILLAS "SAVAGE" -



Tordesillas. Valladolid. España. Trece de Septiembre. Tradición. Lances. Lanceros. ¿Fiesta? Ejem. Ustedes mismos. Recibe el nombre del "El toro de la vega".
Sí. Solo es un toro. Un animal bravo y poderoso, pero en escasa posición demográfica. Porque los mozos de Tordesillas son muchos. Unos van a caballo, y otros a pie.    Y     esgrimen   puntiagudas y certeras lanzas. Arma del medievo. ¡Danger!
La idea troncal, es atacar al bovino hasta la muerte. Perseguirle con aviesas intenciones,   cercarle, acosarle, y lanzarle terribles punzadas con la lanza, hasta causarle mortales heridas. Incluso hay premios. Premio al ganador que termina dándole final vital a la res.  ¿Os suena a cuando tiraban una cabra desde un campanario?, ¿o son exageraciones mías? ...
Salvajismo, instintos primarios, matar a un animal inocente desde hace quinientos    años,  reafirmación en su terrible decisión, el ritual de Tordesillas, su impacto mediático, da dinero, llamamos la atención mundial, e incluso consideramos al acto como de fama internacional. La tiene y todo.
¡Oh, los mozos de la tradición fatal y sin contemplaciones de Tordesillas! No quieren cámaras tocahuevos por allí, y que no se les ocurra acercarse a los periodistas o es que se les da, ¿eh? Que, ésto, solo es una fiesta y una tradición, y hay cosas mucho peores en el mundo, ¿vale? Que yo, por la fiesta de Tordesillas, ¡maaato! ...
Hablando más en serio. ¡Qué bestias somos, coño! ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI pueda aceptarse la salvajada que propone este pueblo de Valladolid en Septiembre?, ¿qué les pasa a los mozos del pueblo?, ¿por qué es que se ceban tan cruelmente con un animal?, ¿qué les ha hecho?, ¿por qué es que desean matarlo?
A veces, la tradición es un tremendo lastre. Me tengo vergüenza de ser español cuando veo que en un pueblo de mi país le hacen esa putada a un animal. Me siento medieval y vil. No me siento fruto del progreso, sino del atavismo ciego y cruel. España, es menos grande con lo de Tordesillas. Nos parecemos en este día más al primo hombre de Atapuerca, que al astronauta Pedro Duque.
Practicidad. Ya es. Ya es la hora de que intervengan las leyes y tomen la siempre difícil  e impopular medida final. ¡Que prohíban esa burrada de una puñetera vez! Se puede hacer. Se puede hablar. Y se debe ser más persona y menos simio. Ha de actuarse. El que haga   el bestia, deberá pagarlo con su nombre y apellidos. Porque también en Tordesillas hay gente al que este espectáculo canalla le da náuseas.
-DESPERTAD-

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