miércoles, 24 de septiembre de 2014

¡ HASTA NUNCA, SEÑOR GALLARDÓN !



Se ha ido. ¡Adiós! Quería imponernos a las mujeres sus cavernícolas ideas acerca del aborto. De Madrid. Un tipo con poder. Joven e histórico. Alberto Ruíz Gallardón. Y decían que era uno de izquierdas infiltrado en el PP. Un socialista espía y traidor, o algo así. Y resulta que era un cavernas ...
Soy Lidia. Y este señor me iba a obligar a ir a Londres para interrumpir mi embarazo, fruto de una violación. Como les pasaba a nuestras madres o tías en la época de Franco. Tengo quince años y estaba totalmente atribulada y angustiada. He llegado a odiar a todos los hombres. ¿Es que el machismo todavía no se ha creído que estamos en 2014? ...
¿Cómo leches iba yo a tener un hijo indeseado y fruto del ataque de un salvaje violador? Todavía hoy, ahora, en estos momentos, en la horita de ahora mismo, todo bien reciente y calentito, no me lo termino de creer lo que está pasando ...
Todavía no puedo asimilar el daño que determinados intrusos en la libertad femenina han proferido. No saben lo que es la mujer. No tienen ni idea. Nos consideran a las chicas un objeto de segundo orden. Y tienen mucha cara dura y desfachatez. Se meten en nuestra sexualidad, en el medio de nuestros cuerpos y de nuestra libertad, y quieren decidir por nosotras.
A Gallardón ya se lo habían advertido dentro de las filas de su partido. Y por una misma razón. Porque ahí lógicamente también hay mujeres. Siempre hay mujeres. España está llena de mujeres. Siempre habrá mujeres. Es justo que siempre haya mujeres. No hay más remedio, señor Gallardón, de que siempre estemos las mujeres.
El mundo en contra. A Gallardón le han dado una patada en el culo que va mucho más allá de la clave electoral. Gallardón es un síntoma. Casi una anécdota del pasado. Se acaba de ir, y a mí me parece como si se hubiera ido hace ya ochenta años. ¡Menudo peso de encima! ...
Fijaos si se me ocurre abortar. Que es lo que por cierto, con ley o sin ley, me disponía a hacer. Hubiese podido ser una delincuente, ir a la cárcel, partírseme la vida bajo los pies, etcétera ...
Me hubiesen destrozado a traumas. Me sentía estupefacta, y solo había algo etéreo que me redimía. Tenía una última esperanza que yo olía todos los días.
Porque yo salía a la calle y me relacionaba con las otras chicas, y todas las opiniones olían a lógica y a libertad. Mis amigas son muy normales. Hacen el amor con quien quieren, y entienden que el gusto del sexo es tan natural como el agua clara de un manantial. No ven sucio llevar un tanga o dejarse el sujetador en casa. Vivimos nuestro tiempo, señor Gallardón. Y a usted, ese tiempo se lo ha comido crudo.
Mi aliado ha sido el 2014. Nuestra moral y nuestra realidad. Mi violador peligroso está en la cárcel, y el machismo potente sigue allá por donde voy. El sexo de la mujer se sigue viendo como el gran tabú y el gran pecado. Es como si nosotras no tuviéramos derecho a hacerlo ...
Es increíble. Una tormenta y un damocles permanente. En el día de hoy de la noticia de Gallardón, hay bastante esperanza. Pero me da a mí que esto del machismo es cosa de esperar sentados. Va para muy largo. Los tíos creen que son los dueños de todo nuestro ser.
-AUNQUE PAREZCA MENTIRA-

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