viernes, 8 de agosto de 2014

- XAVI HERNÁNDEZ DEJA LA SELECCIÓN Y UN VACÍO INEVITABLE -



Me di cuenta ha mucho que ser el cerebro organizador de un equipo de fútbol era una tarea extremadamente difícil. Por eso en mis años infantes admiré a mi valencianista Claramunt, o al gran José Martínez "Pirri". O posteriormente a Rivelino, o a Overath, o a Fernando Redondo, o a Valerón, y a toda una pléyade de jugadores de excepción.
Ser el 6 era complicado. Casi, desmoralizador. Y había dos maneras de mandar en el campo. Una era haciéndose el chuleta, y otra teniendo la suficiente calidad para merecerse y ganarse todos los respetos.
Ahí, en la dirección del juego español, nunca he visto en el césped a un jugador como Xavi Hernández. Ni siquiera el mito Guardiola lo fue. Porque Xavi ha sido sereno, tranquilo, de ajedrez, sin estridencias, dominando plenamente los tempos del juego, y mostrando el brazalete de gran líder partido tras partido.
Entre toda esa generación inolvidable de portentos que han hecho que la Selección Española de fútbol y su FC Barcelona llegasen a las cotas más importantes, se necesitaba un catalizador como él. El brazo prolongado del entrenador y la tenencia de la manija, que es como llaman los argentinos al jefe y al líder.
España jugó de maravilla porque había un director descomunal que aunaba a todos los excelsos solistas. Ese fue el gran Xavi. Un mito ya, aunque todavía parece que no deja del todo su deporte y continúa en su carismático FC Barcelona un tiempo más.
Xavi Hernández nunca se planteó ser un egoísta, ni le tentó el colorín de la excesiva ostentación. Solo era directriz y lógica, nervios de acero, y una capacidad increíble de hacer que los demás jugaran al mejor fútbol. Xavi hace que los demás jueguen. Surge de su cabeza y de sus piernas pegadas a un balón la lectura preclara de lo que en cada momento ha y hubo de hacerse.
En tiempos de efectos especiales y de delanteros guapos y ferraris, en locuras exitosas de goleadores y de alardes casi de fantasía,-aún así-, puede verse que un equipo de fútbol es una cosa desdibujada si le falta un organizador. El que siembra los senderos y las semillas para que los otros puedan aportar su creatividad y su talento.
Que nadie se extravíe. En la práctica de la realidad, el fútbol necesita más jugadores organizadores que sprinters finalizadores y mediáticos a los Usáin Bolt o Cristiano Ronaldo. El armazón, la estructura, los cimientos, las lecturas ordenadas, son los que realmente hace potentes a las escuadras. Sencillamente, un enorme director.
Eso ha sido para la Roja el gran Xavi Hernández. Uno de los mejores futbolistas españoles de todos los tiempos. El mejor, más que probablemente. El que nos ha llevado a ser campeones mundiales, europeos, el que ha hecho el cielo con el Barça, y quien mejores facultades mentales y de personalidad ha logrado tener para darle al deporte español del fútbol el equilibrio que siempre se necesita. ¡El jefe!
Los años atacan siempre. El mito Xavi se da cuenta de que su físico se limita con Cronos y se aparta. Y ahora España ya nunca podrá jugar como siempre nos maravilló aún reteniendo a Iniesta o a Silva. España no deberá buscar a otro Xavi Hernández. Si es inteligente, deberá respescar a Thiago en cuanto pueda pero jamás emular.
Xavi Hernández es incomparable, especial, un elegido, un visionario, un maravilloso cachazas capaz de imprimirle al balón la velocidad colectiva de un avión. Con Xavi Hernández perdemos a alguien diferente e insustituible. Al gran capitán del enorme barco de los éxitos conseguidos a lo grande.
-UN MAESTRO SIN IGUAL-

0 comentarios:

Publicar un comentario