Cuatro años. Excelente rendimiento. Argentino. Futbolista. Es, Ángel "Fideo" Di María. Deja el Real Madrid, el equipo que le ha llevado a la élite de los futbolistas mundiales. Aquí se ha hecho jugadorazo, se ha elevado, y ha tomado toda la personalidad. Ahora, la terrible competitividad y los azares de Don Dinero, hacen que navegue de club en club grande, en el gran escaparate de los deportistas exitosos. Se va del Madrid por la puerta grande, como hacen los toreros victoriosos.
Di María es zanquilargo y delgado como un junco, y tremendamente argentino. Canchero y orgulloso. Siempre todo en el césped. Todo lo que debe importar es la lucha hacia el balón y con su camiseta. Sudar en el Estadio. Este es su lema y sus señas de identidad.
Narigón y feote, un portento físico incansable, un fondista y un estratega, velocísimo, y cuyo límite técnico es compensado con su enorme astucia. Ha sido el gran revulsivo del equipo. La gran segunda baza, el pulmón que todo club necesita para hacerse compacto y sólido.
El fútbol del "Fideo" es sobre todo, lógica. Vertical, ofensivo, implicado y elegantote para su estilo desgarbado. Ha ido creciendo en l´equipe fatal del terrible Mourinho, y su músculo y brega han callado todas las bocas de los puristas. Ha sido el gran perro de presa del Real Madrid. El constante aliento, la referencia del contraataque demoledor y entusiasta, siempre eclipsado por los grandes ases del conglomerado de estrellas del mecenas Pérez.
El Madrid consume cracks como el limón, les prueba y les saca los jugos económicos y luego son maleta de dinero siempre discutible. Ahora se marcha al mítico Manchester United casi como un premio a su consagración como uno de los mejores jugadores de Argentina, y porque la titularidad en el actual Real de Ancelotti anda más que cara. Si eres grande como el "Fideo", no vas a estar todos los partidos con el damocles acerca de si te van a poner o no. A estas alturas, el "Fideo" se ve para jugar siempre. Y ha llegado el colombiano James, y el alemán Kroos, y hay overbooking de peces gordos oliendo la impecable camiseta del once del inicio.
Ángel Di María no ha sido mediático. Sus facciones no lo son, y su juego es tan combativo y eléctrico que no le sirve al paladeo de la recreación televisiva. Se ha mantenido a un lado del periodismo, y siempre ha sido comedido y discreto. Nunca ha sido en el Bernabéu el gran ídolo de los aficionados, y a la mínima se le han discutido las credenciales. Nunca se ha debido de sentir el más seguro y grande en Madrid. Estaban los peros de un público exigente y acomodado, que no solo quiere títulos sino también caños y virguerías además del trabajo. De ahí las discusiones en el purismo crítico futbolista.
Pero nadie puede dudar de la importancia de jugadores como éste. De su gran rendimiento y valía. De que su presencia puede desequilibrar, porque el "Fideo" no puede entender esto del balón redondo sin rematar ganando los partidos y llevándose el gato al agua.
Fue un placer ver en España a este enorme jugador de club. Convirtió su potencia en calidad, sus tosquedades en elegancia, y sus correteos en expectación. Su delgadez fue fibra musculada, lo ha ganado todo con el Real, y ahora nadie le puede discutir que es un ganador.
Seguramente, pasará a la historia blanca con recuerdos de jugador de segundo nivel y tremendamente honrado. Fue peleón y defendió a muerte su camiseta, callado y hablando en el pasto, siempre contestón con el cuero en el pie y sintiendo con pasión su deporte elegido. Es el triunfo de un tipo que lo dio todo y al que desde aquí aplaudo. Ha sabido crecer y triunfar.
¡SUERTE EN EL UNITED!
1 comentarios:
DI MARÍA - Internacional absoluto desde 2008 con la Selección Argentina, ha alcanzado los subcampeonatos en la Copa del Mundo de 2014 y la Copa América 2015. Con la Selección olímpica obtuvo la medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y con la Selección sub-20 se coronó campeón en la Copa Mundial Sub-20 de Canadá 2007.
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