Ha hecho exactamente en Berlín todo lo que esperábamos. Nos ha vuelto a maravillar y a enamorar. Ha certificado su enorme calidad de sirena top, ha confirmado sus enormes posibilidades, y se ha llevado ella solita séis medallas en el Campeonato de Europa de natación.
La mejor nadadora española de siempre. De todos los tiempos. Nunca antes nadie como ella. Seguramente es la mejor y más completa nadadora de Europa. Catalana, de Badalona, de padres andaluces inmigrantes. ¡Sensacional nuevamente Mireia Belmonte! Se acaban los calificativos ...
Tiene fuerza y fondo. Una potencia de crack que save sedar perfectamente a la textura del agua de la piscina. Guapa, de ojos claros y timidotes, pero finalmente un portento de mujer de ambición y con un gran trabajo de entrenos que no se ven a las espaldas.
Y pensar que antes no éramos nada en natación, y que intentábamos a toda costa borrar los vacíos fichando a nadadores universitarios norteamericanos a través del uso de sus ancestros o parentescos. Pienso en los López Zubero por poner un ejemplo. O en la rusa Zhivanevskaya, en féminas. No había nada destacable en este bello y esforzado deporte. ¡Mireia le ha dado la vuelta por completo a todo! E incluso ya va teniendo discípulas, las cuales también logran medallas para nuestro país.
¡Mireia! Nuestra inigualable tarzana española, de hablar quedo y de ideas claras. Cuando le preguntan acerca de su secreto en las competiciones, la atractiva catalana afirma que se trata solo de creer en un@ mism@. Que, no hay más ...
Es posible que así sea. Pero en el caso de nuestra sensacional abanderada y líder, lo que hay detrás son unas cualidades colosales como atleta. Su naturalidad capaz de completar y coordinar, velocidad, potencia y resistencia. Te gana un oro en el 200, y a la vez está en el metal en muchos kilómetros y en las aguas abiertas. De modo que su fuerza es su ritmo de brazada. Su modo de nadar. Su calidad indiscutible que puede a la variedad de las distancias. Nuestra mejor deportista probablemente de siempre. Una verdadera joya de esas que nacen en este país sin referencias anteriores y que marcan un antes y un después. Me estoy acordando de la tenista Arantxa Sánchez Vicario.
Y de esa excelsitud y genialidad que suelen marcar las diferencias entre las individualidades de este país. Santana, Ballesteros, Alonso, Nadal, Induráin, etcétera. En eso mismo, pero en mujer, nuestra rutilante Mireia Belmonte.
Ya avisó cuando con diecisiete años empezó a liarla en Pekín, estalló más tarde en Londres, y continuó con sus marcas mundiales que la proyectaban hacia supersónicos récords aparentemente inimaginables. Continuó. Siguió. Mandó con firmeza en las piscinas, y se fue superando a sí misma. Ha sido la reina de la carismática Berlín, cuna de nadadores de fábula, ha maravillado por su consistencia y ambición, y ha perdido alguna que otra medalla porque no le daba tiempo a descansar entre prueba y prueba dada la premura de tiempo. Reglas del juego.
Ahora, su objetivo es el oro olímpico de Río de Janeiro. Tendrá veinticinco años y todas las posibilidades abiertas. Enfrente estarán las americanas, las chinas o las rusas, pero ella ya está igualmente en el olimpo del ramillete selecto de aspirantes a la hazaña.
A una nueva hazaña, y a un nuevo y gigante recital. Porque quienes tenemos la suerte de ver nadar a Mireia "Superstar", quizás debamos esperar demasiado tiempo para que aparezca otro fenómeno como ella. Es como la generación de Gasol o Navarro, o los chicos magos del fútbol. Cuando las chicas han estirado su cuerpo imparables, rompiendo todos nuestros estereotipos y todas las barreras. ¡Enhorabuena!
¡FANTÁSTICA MIREIA BELMONTE!
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