viernes, 20 de agosto de 2021

- TELEVISIÓN= "LORCA, MEMORIAS DE UN POETA". -



Los ojos de un granadino universal muestran al mundo su mirada irrepetible y su voz llena de talento.

Federico García Lorca. Fuentevaqueros. Libre como algo imposible e impensado, adelantado a su tiempo, genial en su talante y en su explosividad, vital, nunca convencional pero sí de convencer, libertario y potente, quijote de ambiciones necesarias, rayo punzante en las conciencias de los lerdos y hasta de los cerdos.

Lorca vio su mundo y lo observó con sabiduría. Y decidió el talento y la risa, y la cosa extrovertida, y admiró a los tímidos, y se enamoró de los no convencionales, y floreció de él la curiosidad por el saber y por rodearse de afectos amicales y familiares.

En el documental de Bardem y Camus, se presenta a Federico de los Ingenios como a un andaluz sin barreras que se posó en medio de su mayor libertad y atalaya. Sin complejos y con sensibilidad, hizo magia con su literatura y con su capacidad de llenar a los demás. Fue un torrente, una tanqueta de Andalucía a quien nadie podría nunca neutralizar.

Lorca, jugaba. Se puede llamar jugar a su sabiduría, y genialidad al modo de construir realidades y hasta obviedades con el talento poético y distinguido de un titán. Porque Lorca fue música entre versos casi imposibles y geniales. A la par que sus rimas y ocurrencias, el maestro trató de mostrar al optimismo como a un rayo necesario. Y allá se lanzó al mundo, y a sus renuncias, y a su enfado y a su verdad. Quien no sabe de Lorca, debe acercarse más a él.

Sensacional, el actor británico Nickolas Grace, así como Pilar Bardem, y un elenco formidable de actores en esta biografía documentada del poeta de poetas.

Siempre sus palabras y sus ojos, y sus sombras chinescas con sabor a flor del paraíso, siempre Lorca claras sus ideas y definiéndose como aquel que está con los que no tienen nada.

Madrid le sirvió de impulso, y Nueva York de tristeza y decepción. Y París fue su asignatura pendiente. Porque Lorca quiso París y no le dejaban. Porque París son las luces y el glamour, y la maravillosa golfería de la bohemia de los creadores. París fue el deseo de Lorca. Como el cante jondo y el misterio gitano, como su personalidad de arrollar, como se disfruta a cachos de la vida, como un nene es capaz de disfrutar de la necesaria teta de una madre, como una flor marchita cae al suelo y hace arte. Porque la luz de Lorca prende arte. Y la noche es más que especial.

Y en esa noche, Lorca llora y goza, se desespera y copula, saca lo mejor de su talento y su magno amor homosexual, y solo le importa que haya risa, y desconfía de los serios e intuye a los sabios.

Federico fue tan libre que moriría joven. La libertad genera miedos, odios y venganzas. Y los dictadores aguafiestas matadores del bienestar social se encargan de construír armas, torturas y muerte.

¿¿Muerte?? ... Lorca no muere. Cronos es una anécdota. Con tipos como Federico, todo vuelve a nacer y todo pasa, como diría Machado. Con genios como el asesinado por los fascistas Federico García Lorca, nunca nada es tan dramático. Porque incluso tras el debate de después del final, surge la idea de la grandiosidad y de la enseñanza en su talento descomunal e incitador.

¡OH, GRACIAS!


 

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