jueves, 19 de septiembre de 2019

- CARMEN CALVO, ARTISTA SINGULAR, EN EL I.V.A.M. -




Carmen Calvo, valenciana, en su Instituto Valenciano de Arte Moderno. Charlando con el actual director del Centro, José Miguel García Cortés. Aforo limitado y completo. Muy lleno de artistas como ella. Expectación.
La charla no iba a ser convencional. Era de prever. Carmen Calvo aparece como ya de vuelta de muchísimas cosas y con ganas de reír y de no tomarse aparentemente el mundo social demasiado en serio.
Combativa y con el feminismo como emblema en su creatividad. ¿Cómo es Carmen Calvo y cómo son sus secretos? El director del IVAM intentó la sugerencia, y salió lo que salió ...
Carmen utilizó entre ironía y gran verdad la palabra: penumbra. Y dijo que la penumbra tiene la virtud especial de no serse una estrella y pasar con éxito por la luz. Carmen Calvo es difícil y de vida arrebatadora y más que dinámica e independiente. Las artistas del arte Contemporáneo tienen esa virtud filosófica. La heterodoxia del crear y de la libertad. Por eso se sentía bien y decidida en el foro del IVAM. Ha experimentado con sus ideas y le ha llegado la inspiración resuelta para más de medio mundo en el que es conocida. Forma parte viva de la Cultura. De su historia.
Trató de comenzar y comenzó el turno de preguntas. Carmen Calvo argumentaba  de timidez pero hablaba y hablaba con desparpajo y con absoluto dominio de las situaciones. El director intentaba amabilizar la charla y hacerla suave y para todos los públicos y sensibilidades, pero Carmen nunca se lo ponía fácil y le aceptaba lo que consideraba oportuno aceptarle, y lo que ella consideraba que no era exacto recibía la decidida matización. Ella fue la reina creativa de la charla y el foro.
Se declaraba nerviosa ante todo esto de las charlas y de las exposiciones suyas en las galerías del mundo. "A mí, nadie me dice el guión", decía la valenciana Calvo cuando se le preguntaba acerca de la presión de los galeristas. "Yo creo lo  que considero que debo crear, y punto final" ...
Avasalladoramente sincera, sin apenas dirigirse al público admirador y respetuoso, hasta que llegó el turno de las intervenciones de los asistentes. Tics agudos de hilaridad y de profunda reflexión. Elaborando su puesta en escena con una posición de orgullo y casi de pasotismo muy engañoso.
En Carmen Calvo vi la complejidad y el eterno deseo de expresar siempre algo a través de sus obras y colecciones. Infructuosamente, la gente trataba de que saliese de su penumbra y que contara su desnuda verdad.
Magistral y un tanto diva, distante y clara, y dispuesta a comerse el mundo y a apretar con sus ideas en su universo particular. Alguien le preguntó si todo el compendio imaginativo previo que constituiría finalmente su convicción creativa, aparecía paulatinamente o si se iba construyendo en pausas y secuencias. Pero Carmen Calvo nunca salió de su adoptada "penumbra" y no quiso aparentemente responder con claridad recurrente. Se negó a muchas cosas en la charla. Y su preguntadora admiradora , insistía e insistía. Pero la Calvo se ponía recta y tiraba de propio manual: "Sí, mujer. Antes de empezar ya lo sé todo ..." Y de ahí no hubo forma de sacar a una mujer en extremo libre y que camina hacia los setenta años a la velocidad dinámica de los tiempos.
La artista sabe que la vida son dos días y conoce su mundo como nadie. "Mañana tomo a las ocho un tren camino de Sevilla y ..." Y una exuberancia. Afirmó que le gustan mucho los silencios y las estaciones. El observar le produce riqueza y le vienen las ideas. Y siempre deja que sus cosas reposen, se da un voltio por medio mundo y retoma su creación y su pasión. Y nunca se le va la idea inicial, porque esto es básico.
Afirma que todas sus obras van a tener un sello y un sentido expresivo indudable e inevitable. Carmen Calvo es compleja, abrupta, decidida, laboriosa y amante de vivir. Y del café. Y de una "penumbra" embriagadora y particular en la que impone su tremenda personalidad y su criterio magistral. Tiene en su palmarés todos los premios y ya pasa de todo que no sea de su libre albedrío. Y es un albedrío de torbellino e imposible de pasar.
-ADMIRACIÓN-

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