martes, 17 de septiembre de 2019

- CAMBIOS ACERCA DE LAS PLANTAS DE MI BALCÓN -




Si alguien pudiese ver la disposición de las plantas de mi balcón podría llevarse una novedosa sorpresa porque advertiría mi actitud. 
Habitualmente, eran las mismas monolíticas plantas distribuídas y pegadas uniformemente unas con otras. Sí. Las mismas sin moverse del sitio de siempre. Y hablo de décadas. Misma variedad, misma disposición, y un mínimo en el arriesgar.
Si bien es cierto que me gusta el orden tradicional ornamental, hace tiempo que me muevo hacia los terrenos de la ruptura con estas tradiciones. Y estoy cambiando ese horizonte actuativo. Ha tiempo que estoy experimentando con las plantas de mi balcón, y disponiéndolas de otro modo, retirando hacia la terraza de atrás de la casa, plantas que antes nunca se movieron del balcón y viendo a ver qué pasa con las renovaciones y las novedades.
Sin perder el sello de mi raíz, quiero convertir mi balcón en una cosa cambiante y dinámica. Quiero que se mueva el paisaje y avanzar hacia un horizonte renovador y muchísimo más arriesgado.
Hace poco que estoy peleando hasta la exageración con los orígenes nuevos que surgen desde la idea de las semillas. Me decidí a adquirir las semillas en tiendas, y decidido a probar que fui.
El resultado de experienciar en semillas sobre la tierra de mis plantas, es y ha sido laboriosa y aprehendedora. Pero es apasionante. A mí me encanta ver cómo la vida crece, y reconozco que desde los esquejes y las plantas en poda todo es mucho más sencillo y seguro. Por eso las semillas son un reto. Aparecen bien pronto,-confieso que no me fijo apenas en sus nombres botánicos-, y veo cómo surgen de la nada y me gusta esa sorpresa de su minusculidad. Germinan las semillas, y las plantitas que serán si llegan al tiempo de su adultez, van cogiendo recta altura con la condición de que las sitúes a plena luz. Si las defiendo en la sombra posterior de mi galería, entonces las plantitas se doblan y se echan a perder.
El tiempo de esperanza y de concreción final en el crecimiento de plantas a semillas, puede producir ansiedad porque las deseo un rápido crecimiento imparable. Craso error. Con las semillas he de tener toda la paciencia del mundo. Y yo soy nervioso y el proceso sabio me pone a prueba.
He logrado ya que algunas nuevas especies arraiguen definitivamente. Y además, la caricia del otoño primerizo con gota fría sobre y tras el infierno estival, las irá ayudando y definiendo. Tengo verdaderas ganas de ver consolidarse en tamaño a mis nuevas especies las cuales ya no pueden morir.
Riesgo. He hecho riesgo valiente entre las plantas de mi balcón. Por vez primera he adquirido fertilizante, macetas, y piedras para la parte de abajo que facilitan el drenaje. Y todo el sustrato del mundo. Incluyendo por si faltaba algo, el compacto sustrato de humus de lombriz haciendo mezclas. Aprendizaje.
Sí. Rotaciones y cambios. Modificaciones constantes y generales en las plantas de mi balcón. Se acabó de momento el equipo titular. Y acuso también la falta de espacio. Mi casa es modesta y no cabe todo lo que me gustaría elaborar. Pero, si se tercia, suprimiré y relegaré de ese balcón algunas plantas que siempre estuvieron ahí. No cabe otra opción ...
Dudas. Hay muchas dudas en mí. Todo dependerá de mil factores y evoluciones. De reacciones y de estética. Pero en mi balcón absolutamente ninguna planta se ha tornado imprescindible.
He descubierto con melancolía la poca actividad efectiva de las bulbáceas. No me convence esa idea del ciclo. De crecer en su momento, del cese final de su actividad, y  finalmente tener que guardar lo bulbos en una caja y seca. No quiero armarios.
Sigo prefiriendo las perennes. Las fuertes y duraderas. Las que tengan la velocidad clorofílica que tengan, y que son visibles y apreciables a los ojos. Las plantas que no tienen pausa. Pero la idea es la de seguir y seguir estudiando la evolución general, y después tomar finalmente las decisiones. Quiero en lo posible, un balcón diferente, arriesgado y de amateur y propia experimentación. Quiero romper con la seguridad y lanzarme a la incertidumbre. Porque voy descubriendo que la vida no es más que eso. Sorpresa y riesgo.
-BESOS Y ABRAZOS-

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