martes, 2 de abril de 2019

- IL PAPA FRANCESCO -




Su Santidad. El Papa. Francisco. Como Francisco de Asís. Su habla de relax, su darse cuenta del Poder que su silla conlleva, y su generosidad cristiano/caritativa para conceder un tiempo a la tele. Con Jordi Évole.
Sí. Recepcionista impecable, sereno talante, expeliendo la idea de destensión, con un verbo abstracto y denso. Humilde y realista, repasando su tiempo y el tiempo de la vida, tratándose de abrir hacia lo mundano, profundamente argentino y avispado, listo y mediador. El gran Superministro para asuntos exteriores y diplomáticos en el nombre de Cristo.
Sucesor de Pedro en la Tierra. Cabeza visible vaticana. El Vaticano, como centro de poder psicológico y político, ha de ser un filón para antropólogos y sociólogos. Lo es. Secta universal del amor indiscutible.
El Papa Francisco afirmó sentir un tremendo dolor ante las muertes de todos. Los negros de las pateras o los embriones. Su discurso entre los no natos se vislumbra como conservador y dogmático. Está en contra del aborto. Y en cuanto a la cuestión gay, Il Papa dice que bien con la tendencia, pero que siempre es bueno que antes les vea un profesional. Francisco sonríe a Évole. Desdramatiza. Seda. Trata de ponerse en el lugar de todos, y le duele mucho los exterminios de los "rohingya" y los de todos. Todo dolor le llega.
Évole le pregunta a Bergoglio si esperaba lo que le iba a suceder durante este tiempo de Papa, pero Francisco sigue siendo argentino, de discurso potente y de buenazo en su papel que no elude apenas nada. Aunque su dogma encierra eludes y no compromisos. De Franco, no habla. De la mujer, dice que es maravillosa y que la Iglesia es mujer, y que la mujer es diferente y ofrece unas posibilidades maravillosas y riquísimas en la fe. Distintas y que suman Iglesia.
Bergoglio sigue hablando con sonrisa paternal y con simpatía suave. Siempre talante acogedor. En sus ojos se perciben muchas vivencias. Ha de ser duro estar en la cúpula. Pero Francisco se sabe muy bien su papel agotador y necesario de contactos y más contactos. Para aburrir.
Me dio la sensación de que Francisco anda un tanto desilusionado con las cosas, o de que aquel brillo de gran novedad para las izquierdas que pareció al principio, queda varado por los kilos kriptonianos del Sistema de la fe en Cristo.
Para posicionarse en donde está y decir que no hay enemigos, Francisco vuelve a ser generoso y orador. Ha debido de conocer a personajes abruptos y flacos, a maravillosas personas, a hipócritas, a viciosos, a santos en vida, y a todo un abanico de personas cuyo paso por ellas marcan y dejan huella.
Francisco hace despiste calculado al milímetro y nunca cederá ante la vehemencia. Su personalidad es contenida e interior. Aglutinador, que no desea la chispa mediática. Lo que pasa es que ser Papa ha de ser una de las cosas más mediáticas y mundanas que existen. Dar la cara de una Institución milenaria ha de asustar aunque se diga que no.
Y las intrigas apasionantes estarán invisibles y a todas horas. Es el Gran Poder y se ha de notar. El periodismo es un dación puntual y caritativa por la simpatía de Bergoglio por la insistencia de Évole. Poco más.
La vida es el cada día y el día a día. Ya salió el Papa en la tele, y sabemos de sus ojos y de su sonrisa, y de su papel buenazo con las reglas del juego. Francisco es superado por la figura papal. Porque esa sucesión de Pedro debe ser explosiva, alarmante, atronadora, magna, multitudinaria, excesiva, arriesgadísima y llena de abnegado convencimiento.
Ser el número uno de esa poderosísima Institución, ha de ser el mayor premio y lo peor para el sosiego. Eso es ser un Superemperador, o un magno Superpresidente. Algo durísimo y siempre histórico y a la vez presente.
-LA PAZ SEA CON FRANCISCO-

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