jueves, 7 de febrero de 2019

- BARÇA Y MADRID HACEN TABLAS EN LA IDA DE LA COPA: 1-1. -




Músculos y tensión. Intensidad que nadie duda. Hay respuestas. El Real Madrid ya no parece aquel zombie desolado que dirigía Lopetegui y que cayó con estrépito en la Liga. Los blancos reivindicaron su orgullo y su prestigio. Y el matador Benzema mostró su puño de gol asistiendo a Lucas Vázquez a los séis minutos. Cosa de respirar la confianza.
Messi del aductor temido, se había quedado en el banquillo para reducir riesgos. Solari también le dijo a Bale que no salía. A Isco, ni le miró. Jugó Navas.
Se temía a Malcom, es espera de la llegada del prometedor Dembelé. Pero hubieron buenas noticias. El Barça tiró de orgullo al verse con el gol en contra y buscó sus soluciones. Se armaron atrás, Semedo cogió velocidad, Piqué fijó a Vinicius y mostró su oficio, y al lado de Rakitic y Busi había un titán de enorme calidad y ya contrastada: Arthur. ¡Soberbio! ...
El Barça se agarraba a la lucha y a la insistencia. El ritmo siempre fue intenso y por momentos, brutal. ¡Un partidazo! Uno de esos choques en los cuales no debes apartar la mirada del juego ni un minuto, so pena de que te tengan que contar luego las cosas.
Real y Barça se vindicaron en el Camp Nou y en el partido de ida de una un tanto molesta Copa del Rey. Un clásico envenenado y soldadesco en medio de la Liga regular. Son dos grandes equipos y eso siempre vuelve a ser una gran noticia. Sin necesidad excesiva de la virguería o el oropel, la magia fue la constancia, el resuello y la intensidad.
Lo de Arthur es, itero, un positivo escándalo. Es un todocampista de una enorme calidad y de una brega imparable. Y además raramente te va a perder un balón, domina el juego estratégico, y defiende los balones con la convicción de un crack titular e indiscutible. Es el gran fichaje del Barça.
Malcom recibió muchos aplausos porque no paró de correr y sudar por su banda derecha, porque supo suplir sus carencias, y sobre todo porque marcó el 1-1 a poco de empezar el segundo tiempo.
El Madrid ya no asustó tanto porque perdió el rumbo. Y el Barça comenzó a tocar y a tocar. Como siempre.
Salió Messi y hubo ovación de terremoto. El Real se tuvo que tirar hacia atrás, y entonces los azulgrana demostraron que en la vuelta en el Bernabéu puede pasar de todo y hasta que Dembelé ya recuperado pueda hacer historia.
Leo no marcó ni creó el peligro que siempre se espera. Pero su sola presencia amansa rivales. Como te la puede hacer en cualquier momento, el Madrid cogió inseguridad y pudo perder.
El transcurrir de los minutos y a la vista del culo de vaso del partido, el Real pudo respirar con más optimismo. Ha de serlo. Un empate sin goles le basta para la vuelta en la última semana de Febrero.
De momento todas las espadas están en el aire, un Clásico así aviva y desamortiza una competición menor, y ni unos ni otros deberían cantar victoria. Lo que pase en Chamartín será por ahora un misterio. Lo es.
En realidad fue un Barça-Madrid renovado y hasta rutilante. Lopetegui ya se fue y ya se llora poco. Si Solari sigue ganando partidos y dando confianza, se puede lograr hasta que Modric o Kroose recuperen la forma, o que Benzema sea el Suárez colosal del Real.
La mejor noticia de un partido esperanzador, es que los dos trasatlánticos del fútbol de Madrid y de Barcelona suben todas las posiciones en el ránking de la consistencia. Ambos pueden ganar a cualquiera y cualquier competición que se topen por delante. Ambos equipos tienen demasiadas cosas buenas y no digamos cuando se enfrentan entre sí. Se volverá a ver todo eso en el partido de vuelta y gane quien gane.
-SE ADMITEN TODAS LAS APUESTAS-

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