jueves, 23 de abril de 2020

- FÚTBOL DE ÉLITE EN EL CONFINAMIENTO -




En estos aburridos y claustrofóbicos días del confinamiento, los millones de oro del fútbol español de élite, también están en pánico. Y desde que en España se produce el descenso de muertos y contagiados por el virus, el deporte rey empieza a experimentar sonidos y sensaciones.
Porque, de la misma manera que la salida de los niños este domingo 26 de Abril será un gran deseo realizado, el fútbol es una gran canción y un hilo musical general e imprescindible.
Se polemiza y con razón acerca de los tests a realizar a los futbolistas de élite, y se fijan hipotéticas fechas de vuelta a los entrenamientos. Se va a experimentar con riesgos e incertidumbres.
Y reflexiono acerca del papel importantísimo que el fútbol profesional ocupa en el escalafón social y en nuestra vidas emocionales. Y, todo lo que le rodea al fenómeno futbolístico.
El Gobierno dice que los tests de coronavirus son para los enfermos y contagiados, y de repente el fútbol comienza a emerger y a desmarcarse en driblings dinéricos del aserto institucional. Tiene su lógica y su debate.
A España le falta la música y la vitamina expectante del gran fútbol, y eso le da pernada y privilegio. Hay mucha chicha ahí. El fútbol puede entretener a la nueva realidad que aparecerá cuando la pesadilla del virus con su pánico, dé paso a otras incertidumbres inéditas.
Si en casa estás aburrido, el fútbol y todo lo que le rodea puede ser un buen antídoto a este tiempo muerto sanitario e ineludible. Sí. Serán entrenamientos, y quizás luego partidos de fútbol sin público. A puerta cerrada. El futbolista será protagonista del gran escape y del gran desahogo.
Si no hay incidencias patológicas, el fútbol irá arrancando. Se evitará que los futbolistas se concentren, se limitarán a entrenar, y después a jugar. ¿Contagio entre ellos? Nada es descartable. Tienen todo el apogeo de su juventud, serán controlados sus hipotéticos síntomas y fiebres, serán testados en privilegio para intentarse seguridades, y ya se verá.
Mucha sociedad española y mundial gira en torno al fútbol. Es un sonido cotidiano. Los jugadores podrían hacerlo en campos vacíos y pequeños, con buen césped, y pensando en que millones de personas les estarán viendo jugar a través de los onerosos dineros de los derechos televisivos. Se tratará de que el money corra, y que la ilógica religiosamente potente del deporte futbolístico y mayoritario, vuelva nuevamente a nuestras vidas.
Y, después, cuando el árbitro indiqué el final de los partidos, los comentaristas radiofónicos y televisivos cogerán el relevo de la gran orquesta del fútbol y la volverán extensa y envolvente. O, así son los proyectos ...
¿Pasión futbolística durante el tiempo de contención y confinamiento? Se puede hacer, pero ... No sé. Habrá un gran peso emocional, como cuando se está en las heridas de una gran hecatombe sanitaria como la actual.
Los obituarios, serán moneda frecuente. Se han muertos muchos ex futbolistas y hombres del fútbol, la pandemia ha hecho una escabechina entre la gente mayor y delicada, y yo me pregunto si Manolo Lama gritará con fuerza un gol de Karim Benzema o de Messi, ajeno aparentemente a la gran realidad del shock. Ver a Messi entre la pandemia cruda, será un estímulo simpático y hasta importante. Amor y pasión en los tiempos del coronavirus y secuelas.
Habrá que hacer de tripas, corazón. Y ahí los periodistas deportivos españoles deberán administrar las alegrías como reto profesional. No deberá notarse que esto del fútbol no será por ahora como antes, porque eso es imposible. Y deberán dejar que pase ésto. Que pasen unas semanas, que se reanuden los trabajos, que se abran las tiendas, que aparezcan contenidos complementarios; que se asuma al fútbol como parte de lo esencial en nuestras vidas aunque pueda parecer un sarcasmo inicial o aunque nunca ya pueda ser inicialmente lo mismo que antes. ¡Bendito antes! ...
Cuesta y costará arrancar tras una enorme catástrofe social. Da pereza tomarse en serio al fútbol y a su potencia y elocuencia; a su exceso. Jode que haya fútbol en un estado así de las cosas, no estarán muchos de nuestros mayores, pero hemos de respirar por alguna parte mientras se nos indique el necesario "castigo" de la distancia social de dos metros y lo de las mascarillas. Quizás sea eso mismo. Que el ruído reanudado de los conciertos a puerta cerrada de fútbol, pueda acercarnos aunque no físicamente a través de novedades y de actualización de los debates dejando paulatinamente atrás las tremendas heridas del duelo del dolor.
-HABRÁ QUE INTENTARLO-

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