domingo, 12 de agosto de 2018

- LA NUEVA LIGA MADRIDISTA Y POST CRISTIANO -



A pesar de los fichajes y de las nuevas incorporaciones coloridas que Florentino Pérez presentará para la nueva Liga 2018/19 que pronto va a empezar, el recuerdo y la nostalgia convergerán en la gran ausencia.
El verde césped madridista que ya no será pisado más por el singular niño de Funchal, dado que se fue al calcio italiano. Parece difícil hacerse a la idea de que el vanidoso supercrack, ganador de tantas Champions, decidididor de temporadas con sus golazos contundentes y colosales, el gran sucesor mediático de Alfredo di Stéfano, pueda estar ya luciendo otra camiseta.
Cristiano, se consagró en el Madrid. Para lo bueno y para lo malo. Lo ha sido todo en la capital de España. Fue su presentación, sus músculos sexys de chaval en apogeo, su orgullo quasi patológico, su necesidad siempre de terminar las frases y sus colosales ganas de ganar siendo el mejor de los toreros.
Fue el gran chico de la película en su presentación, se mostró todo, se sintió dios y rey; llenó el Bernabéu de gente que fue solo a verle hablar en su llegada. Fue CR7, inventó su sello y marca, y anunció calzoncillos, y las mujeres le adoraron, y los hinchas le tendrán siempre en el póster de su memoria, y marcó todos los goles, y le apodaron "el bicho", y Manolo Lama siempre le destacó y se apasionó con sus cosas, y se hizo gigante intocable, y gritó un uhhhhhh rarísimo el día del balón de oro, y su sonrisa y su efectividad brillaron con toda su salvaje luz.
Fue Tarzán en nuestra Liga, y se esmeró en autodecirse que es mejor que Messi, y magnificó la rivalidad con los culés, y no fue precisamente uno más que pasó por aquí aunque casi se marchó a la francesa.
¡Inolvidable! Follonero y mandón, niño en extremo, martirio de los árbitros, con un ego para hacérselo mirar, capaz de irse solo a una Sala de Justicia para defender sus números económicos sin tener ni idea, y de hacer las cosas menos lógicas y las más que extremadamente carismáticas.
¡Eu! Tremendo. No se le puede substituír por mucho que se busquen perlas. ¡Nadie salvo Messi queda, y Neymar ahora no quiere venir! Será totalmente inútil no echarle de menos, nadie habrá ya con ese desparpajo, con ese porte de dios con botas, sin esa repercusión, sin que haga lo que hiciera se convirtiese en mil, sin su masculino atractivo, sin sus caprichos ambiciosos, sin la sensación de que sin CR7 esto se irá todo al carajo, sin la idea de que se pierde una decisiva posición y activo salvador,
Hasta que no transcurra la Liga y el Madrid arriba no empiece a meter sus goles y a coronar el primer o segundo puesto de la tabla clasificatoria, todo serán temores y dudas.
Ahora hay exuberancia de porteros, buenos centrocampistas, pero mucha cojera emocional arriba. Dios se le ha ido al Real Madrid. Su Messi altivo ha desaparecido y el club de Lopetegui ha perdido antivirus y se muestra verde y hasta facilón. Inconsistente y hasta escéptico ...
Cristiano no va a volver. Toda su magia y su circo están ahora con la Juventus, en Turín, en donde la Sábana Santa del Cristo, en un lugar que será referencia solo para mirarle de reojo. Muy lejos para no volver. Un recuerdo del pasado, una nostalgia difícil de digerir, unos decibelios menos en las gargantas de las gritonas celebraciones de los goles, y un motivo morboso para analizar el juego y el resultado madridista por la noche tras los partidos.
Pero todo es emocional. Y transitorio. Nada se acabó. El Madrid dejó atrás a Puskas, o a Di Stéfano, o a Gento, o a Pirri, Santillana o Butragueño. Y nada cedió. Porque el fútbol es cosa de once y siempre.
¡ADIÓS, TARZÁN!                                                                  


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