martes, 21 de agosto de 2018

- EL MÓVIL -




Lo tienes ahí. A la mano. Siempre, cerca. Es el walkie moderno y actual. El celular que dicen los latinos, y el "móvil" aunque no se mueva como le llamamos los españoles.
El móvil es hoy el mejor invento del mundo. Como todo lo digital, que a nuestras abuelas parecería herejía de pecaminosa magia. Porque el móvil es un trastito pequeño cuyo principal enemigo es el agua, y dura muy poco. Lo fabrican para que se rompa en seguida.
Pero, es igual. Desde esta pequeña cosa, puedes aspirar a grandes retos y concreciones. El móvil ha cambiado la sociedad y el modo de vivir. 
Para poder estar bien informado, vas navegando por su internet,y ojeas y lees todos los periódicos de cualquier tendencia y sin necesidad de bajar al kiosko a enredarte con el papel. El móvil es simplista y su gasolina se basa en la batería y  en los datos móviles. Cuando arreglen esas dos cosas, solo nos podremos quejar de la factura mensual.
El móvil es poderoso porque es socialismo y a la vez te puedes esconder como un virtual. Puedes conjugar lo lúdico y lo responsable, y lograr una creatividad inopinada. El móvil sirve para muchísimas cosas, y si no, pregúntale a tu sobrino veinteañero. Todo lo que no sepas del manejo del móvil, los jóvenes lo saben. ¡Fijo! ...
En su crecer imparable cuyo hándicap y a la vez fascinación reside en su tamaño pequeño, el móvil va pariendo interconexiones e interacciones que se llaman aplicaciones. Todo está lleno de aplicaciones. Es práctico a mil, puedes saber la información sin hablar con nadie, el momento exacto del paso del bus o del tren por tu parada, chatear en carnaval poniéndote máscaras a discreción, ligar sin ligar, amar en sueños, o incluso concertar y con pleno éxito una cita a ciegas. ¿Quién no ha hecho una cosa rara con el móvil? El que diga que no, sabe que miente.
Hoy el móvil es deseo de comunicación amarrategui con alguien y con algo, y sin salir el aparato de tus manos. Es como un amor al que siempre acaricias, y proteges, y saturas, y limpias la memoria como cuando te duchas, masajeas y haces relax. Es tu yo, nuevo.
Desde el móvil puedes ver chavalas y tíos cachas, y documentales de animales, y ver la música, y el cine, y el mundo en miniatura como los japoneses del haiku, joyas de poesía que casi no se piensan y que te hacen a veces meditar.
Al móvil lo jode la llamada telefónica cuando estás confiado y relajado. Ese pitido o musiquita hortera, te chafa tu disney y entonces alguien de verdad te sitúa en el hoy. Puede ser un familiar, un amigo, o una oferta publicitaria de la competencia. Fundamentalmente, será este último tipo de llamadas ...
Pero el móvil triunfa contigo cuando sales tod@ rutilante a la calle con tu calzado impecable y tu ropa cómoda de algodón, y lo esgrimes en el ágora de una gran superficie comercial. Amamos al móvil sobre todas las cosas, y al prójimo que le vayan dando ...
No se puede entender el hoy sin ir pertrechado con el móvil. Sin él estás vencido, te falta algo, te pierdes, te pueden llamar, te pueden watsapear, puedes no acordarte del día en que estés o si va a hacer lluvia o sol de justicia.
Sin un móvil pareces más carne vulnerable que cuando pierdes el DNI. Quizás el móvil sea hoy para ti más importante que el carnet de identidad o que la tarjeta prepago. Sin móvil puedes caer en el pozo abisal de la depresión y del dolor agudo e invisible. Pueden venirte espasmos y dolores desconocidos, frutos de la incertidumbre.
Y en seguida, tiras mano de ahorros cuando ves que tu móvil ya se fue, y comienzas una nueva vida. Te compras otro, que es mejor así. El año, y el día, y el segundo, son básicos. Queremos el amor junto a un móvil, y darle la mano y apretarlo con fuerza y con cuidado. Deseamos agarrarnos al hoy digital y cibernético, como sea. Y tener muchos y selectivos contactos.
-ES UNA CAJITA MÁGICA-

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