sábado, 26 de julio de 2014

- SIRENA -



Sirena que poco sospeché, sirena humana y de agua, sorpresa necesaria en el crecer y en la vida, paso necesario para que mi oído escuche otros rumores, otras canciones y hasta otras confidencias.
Cantos de sirena de ciudad, eterna, son mundano y responsable, magia de día y noche, de tren y luna, de risa y lesitud, de descanso e intimidad. Sirena nueva e iterada, sirena faro, sirena de lo que tenga que ser, sirena nueva.
Sirena para muchos meses, años y segundos. Sirena inmediata y realista, sirena de Mediterráneo y de cercanía, de comunicación y brazada.
Sirena quieta y profusa, sirena complicada, sirena interior con mucho que pasar y sacar, sirena amable, acogedora, respetuosa y real. Sirena de paz y gratitud.
Sirena tú y yo, y todos los siren@s que hacen posible la vida. Sirena que abraza a un marinero y camina lentamente con él con su personalidad femenina y sus sandalias blancas en su cola de pez.
Nadas, sirena. Nadaste de niña, y de mayor, y de siempre, y sin agua no serías tú. Ni yo. Porque la vida viene del mar, y estuvo desde el mar, y el planeta agua se llama tierra por vicisitudes que tienen más de seguridad que de aventura.
Sirena rubia, vikinga y consejera, que tiene suavidad en su voz tranquila, que muestra seriedad y estima, aprecio y estar. Sirena de tí, sirena que marcha y sigue laboriosa como una hormiguita que llena su hucha de sueños y de proyectos, sirena familiar y a la vez independiente, sirena de pintores, de creadores, de risas y de cenas. Sirena inolvidable, de necesidad de salirse de la norma y de decirle a los científicos que a veces dos y dos no tienen que ser todo el tiempo cuatro ni todo tan rígido.
Sirena que yo hallé, inesperadamente, imprevisiblemente, sin darme cuenta ni propósito, como cuando te encuentras a alguien y sin saber porqué la sigues viendo, y admirando, y sintiéndote a gusto a su lado sin la más mínima explicación.
Sirena de verano e internet, sirena de playa y de youtube, sirena de noticia apresurada y desinhibida, sirena de nosotros, imposible, de lo que solo podremos decirnos entre nosotros mismos. Sirena que tú sabes.
Vida, seguir, caminar, moverse entre los acuosos senderos, y rehacerse todos los días con la fuerza de un tiburón de bondad. Sirena a veces inquietante, de carácter potente y definido, sirena a respetar y a comprender sus silencios y prioridades. Sirena que siempre estarás.
Yo sigo mi camino, pero siempre hay un lugar en donde detenerme. Exactamente a tu lado, sirena. Donde está toda tu magia y tu poesía, y tus pies grandes y flexibles, y donde hay ternura y buen rollo, y amistad y cosa positiva, y donde sé que me esperas, y me agradas, y me padeces, y sobre todo donde sé que me entiendes como nadie.
Nunca, sirena, podré saber yo tanto de tí. Y deberé esperar entre mi tiempo de aprender a crecer más y a nadar mejor, y a cometer menos errores en medio de tu sonrisa divertida y hasta cómplice. Y aprenderé de tí, sirena, y haré, y haremos, y nos contaremos todos los mejores encantos del mundo conocido, y no habrá nadie que nos mire mal. Y a los envidiosos de nuestra paz les daremos indiferencia y sello.
Y cuando parta desde tí, sirena, habrán murmullos de desconfianza y hasta de incredulidad, y tú sabrás que todo es anécdota e intrascendencia, y que la realidad le da una patada  en el trasero al mito y descubre una savia de verdad bonita y afectuosa. Y siempre de mar, como la vida misma.
-COMO TÚ, SIRENA-

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