miércoles, 30 de noviembre de 2011

- YA OLEMOS A NAVIDAD -



Ni plena crisis, ni gaitas. Hemos de soñar. Que nadie nos agüe la gran Disneylandia. Sí. A un mes de la celebración de la gran fecha tradicional y religiosa, ya nos baila por la barriga  la necesaria idea de la sorpresa.
Somos humanos. Sucumbimos rápidamente a la frustración, y apenas reparamos en que no tenemos apenas un céntimo en los bolsillos o visas. Anda jodida la cosa. Pero, hemos    de  vengarnos como sea contra la realidad. Insoportable realidad.
Soñemos pues. Vayamos a la cartomante para que nos masajee los oídos    con    los    más  atractivos augurios. Paga si eso la voluntad, y ya está. Quizás hayan precios especiales.
Y, hablando de precios especiales y de lo carísimo e inadquisitivo que estará todo, vamos  a coger un lápiz y un papel, y vamos a hacer una lista de cosas que la nevera pueda conservar. Cuanto más pronto, mejor.
La Navidad, viene a ser éso. Olor a gambas, ruídos de cacerolas, gastronomía especulativa y televisiva, naturopatía de energías mágicas y renovables, y todos los regalos que me   pido.  ¡Quiero todo lo nuevo! Quiero soñar que estoy social y fuerte, y que solo    los   miserables seguirán durmiendo lastimosamente en el interior de las entidades bancarias para defenderse de los rigores del frío.
Invierno, Navidad y tontería infante, parecen darse la mano en estas venideras fechas, para romper relaciones entre sí allá por el séis o el diez de Enero. Ya sabéis: cuando lleguen   las rebajas a las grandes superficies comerciales.
Sueño en confetti y matasuegra, champagne y las doce uvas, dos velas y un exceso   sexual. Alcohol y rímmel, media sexy y playas Seychelles. Postales de infarto y burbujas Freixenet.
Cajas llenas de juguetes. Todas las edades. Perfume francés, la mejor película retrospectiva, el REM de los ojos del año viejo, y la superproducción espectacular y generosamente rutilante del año 2012. ¿Y por qué va a ser un año horríbilis? ¡Aguafiestas amargados! ...
Ya sé que pasaremos tristeza depresiva, y que costará que nos suene el teléfono para    que alguien nos de un beso, y un deseo y tal. Pero éso forma parte del guión. Sí. Solo pienso en que me gusta la carne caliente de la cena, escuchando el Mensaje de un Rey. Me lo traigan todo los Reyes Magos, Papá Nöel y hasta Mónica Belucci arremangada y sudorosa, acercando a los pies de mi cama las mejores pócimas de amor.
Oro, incienso, mirra, suerte, las quinielas, la sonrisa de un niño, un campo nevado, el calor de una estufa de monte, el sabor andaluz a jamón, el mejor restaurante y el mejor menú. La estrella, la horterada cursi, el vaso de vino, la risa escorada, y tus ojos mágicos que renacen al alba y contigo. Magia ansiosa de tu navidad.
-LA ISLA DE LOS NIÑOS ETERNOS-

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