sábado, 5 de noviembre de 2011

- LLUVIA SOBRE MI VALENCIA -



Sí. Por fin el otoño valenciano. Y español. Por fin la lluvia que te moja los   zapatos     aún esquivando los charcos. Necesaria la lluvia para los campos y para los embalses. Bienvenida sea la vida. La vida necesaria.
Paraguas al viento, pocas ganas de pasear, y caras poco iluminadas y nerviosas entre mi gente. ¡Esa luz! Cuando se está en la calle caminando bajo la lluvia, en lo primero que piensas es en llegar a los sitios. Y no digamos, a casita.
Cuando llueve en otoño y está plomizo en mi Valencia de la luz, notas que se está mejor y más a salvo en el hogar. Lo valoras más. Sabes que ese techo de ahí arriba te evitará   muchos  problemas, y que una vez dentro del habitáculo de tu hogar, entonces será un placer el ver cómo cae la lluvia sobre todo y sobre todos. Os confieso que me encanta ver llover. Sí.Parezco un cotilla tras la ventana, viendo cómo el agua cae sobre la tierra, o sobre la superficie de mis plantas, o cómo limpia el polvo imbatible de la polución.
Llover, es casi más sano que que haga frío. Llover renueva, cambia las cosas, y     hace     más  entretenido todo. El paisaje urbano y cotidiano, se vuelve más excitante y variable. Pasan muchas más cosas que el resto de los días en los que casi siempre está su majestad el sol.
Les ves nerviosas y nerviosos, buscando apresuradamente sus respectivos autos. En Valencia hay miedo a mojarse. Está la idea de la lluvia como molestia coñazo, y la de mojarse   como antesala del constipado. Y entonces las calles se llenan de gente en coche, quedando el tráfico todavía más colapsado de lo habitual. No importa. Con coche y lluvia llegarás más tarde, pero socialmente saldrás airoso y aceptado. Y podrás, si tienes dinero, lucir ese cochazo enorme, elegante y negro, que todos deberán envidiar. ¡Oh, pobres sin techo la noche que les espera!...
Lluvia de enamorados con capucha, sin importarles las consecuencias de su amor en una tarde plomiza de noviembre. Romanticismo a flor de piel. Amor sin tiempo    ni      previsión meteorológica. Tiempo de setas, de senderistas, de nómadas, de culos inquietos,   y     de  desafiadores de la comodidad como ideología. Arriesgados.
Lluvia sobre todo. Lluvia de crisis, que anticipa una navidad bastante raquítica en las grandes superficies comerciales y hasta familiares. Ha llegado el tiempo de comer más. De taparnos las lorzas bajo los abrigos y los chubasqueros, y de ponerse a hacer fritangas suculentas para combatir el fresco que intuye al frío.
Llueve ahora mucho. Demasiado alegremente. La gente siente que la borrasca ha roto al tedio anticiclónico. Y tiene razón. Llueve sobre Europa y sus democracias nacionales. Llueve sobre las Constituciones de las respectivas naciones, las cuales son invadidas de tapadillo por el  imperio del dinero de los bancos y del capital. Vil realidad que decepciona.
Sí. Llueve sobre Ángela Merkel y Sarkozy, llueve sobre los discursos de izquierdas     y    derechas, y sobre todo, llueve sobre el pensamiento único. Llover es democrático e inevitable. A pesar de la sequía de los argumentos.
-LLOVER SON TUS OJOS LLOROSOS-

0 comentarios:

Publicar un comentario