viernes, 1 de abril de 2022

- MUY RARO? ... -



Modell Struckman. Se inició en la guerra como mero soldado raso. Mide un metro y noventa centímetros de estatura. Fuerte como una roca, atractivo y más que valiente. Temido por el enemigo por su audacia y talento bélico. Ahora es Teniente. Bien merecido el ascenso. Porque nunca Modell rehúye la primera línea de fuego. Al revés. Siempre busca el juego directo. El arrojo. Sabe mandar y predicar con el ejemplo. Treinta y cinco años. Parecería un pleno vencedor. De hecho, ha ganado la guerra. Pero en su mirada hay algo raro, extraño ...

Fue una guerra extensa y muy dura. Demasiado dura, incluso para el gran Modell Struckman. Su mujer, Lianah, es la primera en darse cuenta de que la mirada de su príncipe Modell está como nublada o gris. Lianah Feinton ha ganado varios concursos de belleza, ahora es periodista deportiva, y se casó hace ya algunos años con Modell. Tienen dos niñas. Una de séis, y otra de ocho años. Amor, siempre amor ...

Lianah Feinton mira fíjamente a su hombre. Y también Modell mira a los ojos y besa a Lianah. Pero podría parecer todo, una inercia. Modell, levemente herido, se ha tomado un mes de descanso. Pero en el transcurso de ese mes tranquilo y relajado, no ha habido sexo entre la pareja.

- "¿Qué te ocurre, cariño?, ¿ya no te gusta mi cuerpo? ..."

- "¡Oh, sí, Lianah! Tu cuerpo es lo más bello y sexy de la Creación. "

- "¿Entonces, Modell?, ¿acaso hay otra mujer? ..."

- "Sabes que no, Lianah ..."

- "Pues no me demuestras ninguna pasión, Modell ..."

- "La guerra es dura, Lianah. Déjame un tiempo ..."

- "Ya ha pasado mucho tiempo, Modell. Deberías decirme qué te ocurre, amor. Sería mejor para los dos ..."

- "Estoy estresado, Lianah. Pero ya sabes que soy fuerte. Se me pasará ..."

Y Modell se marcha a una habitación individual, y cierra la puerta tras de sí. Al cabo de una hora, el hombre se levanta de la cama de la habitación y se dispone a dar un paseo por la ciudad. Al fondo, en la casa, se oye llorar a su mujer. Pero Modell no se detiene demasiado. Sale del lugar, y comienza su paseo. Llama la atención por su estatura y elegancia. Y entonces, la cabeza del hombre se inclina un tanto, y su cabeza trata de pensar y de encontrar respuestas.

Aquella guerra nunca será una más. Aunque la haya ganado, Modell está confuso y lloroso por adentro. Muy confuso y muy roto. En el fondo, Modell cree que lo ha perdido todo en la puta contienda.

A pesar de su atractivo, parece como avejentado o agotado. La causa ha sido la última guerra. Nunca había caído Modell en una emboscada. Y menos, en una tan atroz. Y le tomaron y le tuvieron preso. Y se sintió un papel pringado de mierda. Un pañuelo hecho jirones. Se sintió, nadie. Un esclavo, a merced de muchos hombres salvajes, y hambrientos de venganza, tortura y sexo. Todo ...

Le obligaron. Le ataron con cuerdas. Modell es un portento físico. De un brazazo, hizo tambalearse a tres de sus salvajes enemigos. Pero la jauría fue aumentando. Doce. Doce fieras dispuestas a lo más impensable. Al placer secuestrado. A la indecencia más vil. Doce perversos diciéndole lo que tenía que hacer con su boca y con su pene...

El ano de Modell, era una sangría. El rojo de la sangre caía a chorros confundiéndose con el semen de aquellos salvajes, pero las hienas se crecían ante su dolor tormentoso. Los gritos del hombre, dejaron paso al pensamiento del rezo. Orar era su única ilusión en aquella brutal humillación que sufrió. Chupar o morir. Dos horas de horror. Dolor a mil. Dos horas que duran más que un siglo. Dos horas en donde mueres mentalmente, y la cabeza cae. Y solo deseas que aquello termine de una vez. Y te sientes una pluma vulnerable, y una anécdota olvidada y absurda. Y cuando se oyen unas explosiones, y casi todo vuela por los aires, siente Modell que ha podido ser ya todo demasiado tarde.

Sexo, sexo, sexo, sangre, dolor, penetraciones, felaciones no deseadas, golpes en la cara y todos los lloros. Y mientras sollozaba, le pegaban más aún en la cara y en todas las partes del cuerpo. Y aquellas bombas amigas y liberadoras, no lo habían sido tanto. Sus violadores, estaban todos muertos. Y sus trozos, desperdigados por el lugar. ¿Y, qué?, pensó Modell ...

Todo lo que sucedió después, fue pura inercia y pura pose. Daba igual todo. Siguió siendo el teniente Modell, pero se mareó y se cayó en el suelo. Y aunque al siguiente día ya estaba presto para la batalla, su superior decidió que no marchara al frente. Y Modell no discutió esa decisión. Modell carecía de decisión. Estaba groggy. Y dos semas después terminó la guerra. Y Modell no había vuelto victorioso. Aunque las noticias contaban lo contrario.

Ahora, en el tiempo de paz, el hombre se sigue sintiendo violado. Una de las cosas que más le jode es que no le nace dar dos besos a sus niñas. ¿Qué culpa tendrán ellas de victorias o derrotas? ...

Sí. Modell trata de pensar en cómo salir de su pozo. Dos meses y medio después, Lianah le está esperando para hablar y con toda la decisión:

- "¡Modell! ¡De hoy no pasa! ¡Tú y yo vamos a hablar! ..."

A lo que Modell, responde, bajando su cabeza: - "¿Qué ocurre, Lianah? ..."

- "¡¡Que ya no me quieres, bestia!! ¿Qué va a ser? ..."

- "Eso no es verdad, Lianah ..."

- "¡No voy a discutir, Modell! Solo deseo decirte que quiero que nos separemos y definitivamente ..."

- "¡Pero, Lianah! ..."

- "¡Ya está decidido! He hablado con mis abogados y ..."

- "¡Lianah! ..."

Lianah Feinton dio media vuelta y se alejó. Después, se vistió y salió a la calle. Y Modell, cansado, no dijo ni hizo nada.

Ha pasado más de un año. Modell ha dejado su profesión de soldado. Se ha dado de baja del Ejército. Lianah ya no está con él. Sus hijas, están con su ya ex. Él, no se encuentra con ánimos de cuidar a nadie. Está en el paro y no sale de casa. A veces marcha como un zombie hacia una playa cercana.

Ha engordado diez kilogramos. Se siente débil e hinchado. Con mucho apetito que es ansiedad. Pero se levanta de la cama lo imprescindible. Y se lava poco. No quiere verse desnudo en el espejo. Verse el cuerpo, le hace recordar aquella emboscada sexual que sufrió. No se siente un hombre, ni viril, ni empoderado. Solo siente miedo, y rabia hacia quienes le rompieron el alma. Desde la playa, Modell imagina barcos de guerra, tanques, combates, misiles, canallas y mil millones de villanos. Todo muy raro. No duerme bien. Tiene mil pesadillas. Y por ahora no desea ir al médico. No cree que le pueden ayudar ... Y no entiende el por qué su mejor amigo no para de machacarle insistentemente que debe reaccionar o morirá.

-MODELL PRECISA DE MUCHA AUTOESTIMA- 


 

0 comentarios:

Publicar un comentario