domingo, 11 de junio de 2017

¡¡ SUPERSTAR NADAL GANA SU DÉCIMO ROLAND GARROS !!




Arrollador. Dictador sobre la pista. Una bestia sin piedad. Sin rivales. Machacando y talándolo todo ante su camino. El muerto ya es historia. Rafael Nadal nos ha vuelto a dejar a todos con la boca abierta y la ha liado otra vez. ¡¡¡ Impresionante !!! ...
¡Décimo Roland Garros al zurrón! En este inolvidable e histórico triunfo de 2017, Nadal se pareció a Bjorn Borg que fue el hombre que cambió y actualizó el tenis. Sin fisuras, sólido y extremadamente ganador. Desquiciando desde el minuto uno al buen tenista suizo Stefan Wawrinka. Dando la sensación de inabordable, y jugando una de las mejores finales parisinas que se le recuerdan al ya mito, e insigne y portentoso Rafa. ¡Merci, monsieur! ...
Lo hizo en todo el torneo. En su torneo en donde reina la grandeur de su magia. No ha tenido rivales. Ha hecho lo que ha querido con todos ellos, y a pesar de cumplir 31 años el otro día.
Lo completó todo. Lo habéis visto jugar. Ha defendido, ha sacado, ha atacado, ha lanzado bolas increíbles más una de ellas en extremo antológica, rápido; sólido de mente que es su gran granero de éxitos y su enorme talento para analizar los partidos y ponerle sabiamente el termómetro del diagnóstico. ¡Chapeau! ...
Ahora que ya ha vuelto de nuevo y para quedarse el bueno de Rafa, quiero recordar esos momentos en donde no lograba cerrar los partidos, le venían las lesiones, y quizá se dejaba llevar por un exceso de desazón. Quería vorazmente ganar, y es todo lo normal del mundo que al no conseguirlo lo sintiese mucho. Yo tuve dudas, y muchos le daban por finiquitado.
Por eso es que tiene mucho mérito volver ahí arriba a su Olimpo de París, en donde se siente como cuando era un jovenzuelo y ya le ganaba torneos a todos incluído Roger Federer.
El tenis es cabeza amueblada. Serenidad y confianza. Fe en uno mismo cuando vienen los palos, agonía de sufrimiento extra cuando parece que las cosas se ponen claramente difíciles y no se puede, y optimismo de reseteo en el gen. Cabeza dura, un ¡vamos allá! permanente, y una tremenda capacidad de lucha. He descrito a Rafael Nadal.
Con Djokovic en horas bajas,con Murray siempre una incógnita en la arcilla, teniendo a Thiem todavía un poco verde, y a Federer en espera de Wimbledon, las cosas se han puesto fetén para Nadal. Y cuando el manacorí diagnostica este estado de las cosas, entonces lo aprovecha porque sabe que ganar siempre es una gran proeza. Y ganar la décima Copa del Garros, no tiene descripción. O, tiene tantas, que expresarlas a través de un escrito es cojo e inconcluso.
Sentado en su silla y trono, y mientras esperaba que le llamaran para alzar su trofeo, Nadal se metió la toalla en el rostro e hizo enigma y también significado de todas sus humanas emociones inmediatas.
Y en seguida subió al podio de las ceremonias de homenaje y con su tío Toni, y dirigió los agradecimientos de rigor a un público al que había enamorado desde su majestuosa exhibición en la Philippe Chatrier, que es la pista central, principal y la de los grandes, y después ya se puso a ser feliz y sospechando que Rafa con estas verdaderas hazañas hace grande al deporte del tenis.
Se recordará inevitablemente esta final además de por el número 10, que en fútbol siempre lo lleva el mejor del mundo, por el modo sin fisuras y su contundencia de ganarla. Una maravillosa bestia ejemplar, con un tenis genial y cerebral, y con la ambición de un jeun garçon.
¡¡ VIVA RAFA NADAL !!

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