martes, 18 de noviembre de 2014

- EL PAPA FRANCISCO, VALIENTE Y ÉTICO -



La Iglesia católica respira momentos de alegría y compromiso. Su cabeza visible, el argentino Bergoglio, rompe con muchos esquemas arcáicos y renueva los mensajes haciendo gestos dirigidos a la esencia de aquellos que sufren. Es un hombre coherente.
No le aplaudo desde la fe, dado que soy ateo. Mas tengo que reconocer que las actuaciones del Papa Francisco me reconcilian y sedan mi decepción ante la gran empresa que fundó San Pedro según rezan las Escrituras. La idea del mensaje de Jesús hecho por seres humanos. El auténtico evangelio más allá de lo establecido e institucional. Los hechos cotidianos y la cercanía. El Papa de los pobres. Como dicen de Jesús, que nunca iba con ricos ni gente poderosa, sino que se dirigía siempre a los excluídos y sin esperanza.
Ya era hora. Por mi memoria infante transcurrieron los ecos del carismático Juan XXIII, el anodino Pablo VI, el breve Luciani, el vanguardista y mediático Juan Pablo II, y el esperable Ratzinger.
Ya llegaba el momento de que de dentro de esa idea de la esperanza llegara un regalo. Es argentino y ya mayor, de origen italiano, y jesuíta y atrevido. Vive la aventura de su acción concreta con suavidad y con la autenticidad de su ética abierta y expuesta. Hace una apuesta y se pone las gafas de mirarlo todo. No desea que se tape nada porque sabe que el olor nauseabundo acaba finalmente dejando paso al aire real y grato. Por eso Bergoglio decide sorprender. No debería ser sorpresa lo que hace.
Ya el hecho de que se llame, "Francisco", parece toda una declaración de principios. Su nombre sabe a los suyos, a la proximidad y al desmarque de lo tradicional. Tiene nombre de familiar, de padre, de tío, o de estar cercano. Tiene nombre de nosotr@s.
Se va a las favelas de Brazil y pide no ser protegido en exceso, se enfrenta a sus casos de corrupción y pederastia y no le tiembla el pulso. Es sereno y firme a un tiempo, y hace sonreír de aceptación y simpatía a otras visiones y credos. A mí, os confieso que me cae muy bien. Creo que tiende a dar en la diana. Y él es el Poder. Buena cosa pues.
Es cierto que debería tener un mayor arrope por parte de sus más próximos. Parece que le entienden menos en la Curia o El Vaticano que en el resto de los sitios. En tiempos de canallas y corruptos, 2014, Francisco muestra un más que oportuno contraataque y quiere apuntar decidido que desde el Poder se puede ser inmune al mal de atrás y escuchador de los tiempos concretos y de hoy.
Francisco demuestra que todo es una cuestión de raíces éticas. Es un hombre bueno y humilde, y además de justicia y de no estarse demasiado quieto. Gusta de mojarse y bajarse contínuamente del pedestal, y hasta llamar el otro día a un hombre que había sido objeto de abusos sexuales por parte de miembros de su Iglesia para pedirle personalmente perdón ante la incredulidad lógica del maltratado. Francisco le ha invitado a Roma.
Para mí, es lo más positivo. El hecho de que la silla de los Olimpos pueda recuperar credibilidad y sensación de inmunidad frente a las malas artes. Se puede estar arriba sin perder la referencia de los que abajo andan. Y eso ha de ser destacado.
¡GRACIAS, AMIGO!

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