domingo, 10 de febrero de 2013

- CARNAVALES, CARNE DE TRANSGRESIÓN -



Cambio, consuelo, disfraz, juego, fiesta, contrapoder, sueños del pueblo, carne de mujer, torso de varón, murga de Cádiz, samba de Sao Paulo, y tú.
Mulata libre, música en las caderas, senos tersos bamboleándose al calor del exceso y la candela, sexo y tentación, aventura de gringo buscando amor. Bongo y sombrero de rico, trasero con hilo dental, favela en fiesta de fantasía, Maracaná de tí, Didí y Pelé. Garrincha.
Macumba y ron, Nueva Orleáns y el Tío Tom, negros que respiran la necesidad del ingenio de una libertad, danza oé, danza oá, mueve tu cuerpo y tus ganas de cantar, camina en procesión sobre la senda quizás imposible, y sigue soñando que el Carnaval no es efímero ni siquiera un folklore de pobre.
Brazo izquierdo y pierna derecha, hemisferio norte y cerebro del sur, pájaro sin alas y toro supersónico que vuela dominando la ley de toda la gravedad. Salí de casa radiante de alegría, ¡ha llegado Carnaval!
Ruído en las Canarias. Exceso y travestismo. La gran Reina cambiada del evento prohibido y masificado. Turistas de hoy. Reina con traje de plumas de plomo, bellísima ex guanche que guarda en su piel un tesoro de aura y amor. Mi niña eterna que camina descalza sobre la playa de los Cristianos, o el niño que siempre de mayor va a querer ser Valerón. Imposible. Silbo pegado a un balón.
Italia, el refinamiento y el enigma veneciano. Damas de máscara y de dinero, sin mota de polvo y con toda la literatura capaz de seducir a un tiempo de góndola y febrero. Magia itala que hechiza de lujo, de Europa, de posibles, de nivel, de presumir, de aventura casta y de siempre contar a las amigas. Secreto propio en la luz del enigma, ragazzas eternas, madonnas de decisión y velo, de teatro y de comedia, de sonrisa y de flor roja, de blanco lirio, y de porcelana fina y aparentemente frágil. Bella Italia escondida y diva. Geisha di Roma.
Calavera que baila, bebida que te deja muerto de placer, gritos en la calle, grescas de porfía y caras de ratón. Todo al revés. Atrévete tú también a hacer el carnaval y la cosa distinta, vuelve a la adolescencia e imagina que cambiar todo el mundo es absolutamente posible. Creételo y dilo. Chíllalo, que lo necesitas y deseas.
Edades dispares, follones resueltos, multiplicaciones que se dividen, sumas que restan, laberintos que orientan, pies de ángeles, hombres dioses, prohibido cohibirse, volver a la Edad Media con un iphone en la mano, bebida espiritosa que te deja sereno, tu mujer que se ha perdido entre la masa de gente que rompe las playas de amor, saloon del Oeste lleno de indios bailando con las maravillosas actrices rubias del cancán.
Escritores analfabetos, minifaldas de piernas larguísimas, noches con deslumbre de sol, poetas de la economía, financieros filantrópicos, kamasutra teológico y yoga  de excitación y sal.
Manzana de peral, pelo de limón, piel de piedra, hueco picudo, bruja extremadamente deliciosa, vidente sin puntería, cartero desorientado que no llama, república de reinos encontrados, y todo el desmadre permitido.
Por unos días, por unas horas, por un negocio, por unos fines de semana, por unos hoteles escondidos que huelen a sexo deseado, y desde la atalaya de un ciego de amor y cannabis sale una dulce sirena que espera embobada a su negro cañón de músculo y África.
Algodón y sudor, danza en el desnudo cuerpo libre, intercambio de banderines y de ropa interior. Si eres del Madrid te haces del Barça, si eres banquero te pones social, si alcalde un mendigo, si moza muy mayor, si niño no juegues, por unas horas dime que no eres tú, por Carnaval vale casi todo, y por transgresión todo un tsunami de sensualidad, amor y alegría real.
Si me quieres de verdad nunca me ames, si me odias haz el favor de besarme, si te gusta viajar quédate en casa, y yo te daré frío, y antivirus, y solfeo de rock and roll. Carnaval y huesos, el vivo al bollo, y malo el que no juegue al kiss.
-MI BESO-

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