El pueblo de España es tranquilo, de buen carácter, relajado y festero. Concreto , mayoritariamente demócrata, y creo modestamente que somos en general buena gente. Hospitalarios, y abiertos.
Lo que pasa, como ya sabéis, es que estamos hasta el gorro de la situación económico-política. Y nos han recortado los sueldos, y nos han dejado a millones de personas en el paro, y han subido los impuestos de las clases medias y bajas, y tenemos que pagar una parte del precio de los medicamentos, y apenas podemos ir tirando, y han quitado muchos profesores y la calidad de la enseñanza de los niños se ha de resentir, y así mil ejemplos.
Ya sabéis que hace casi un año ejercimos el derecho al voto, y Mariano Rajoy derrotó a Rodríguez Zapatero. Y va y el nuevo Presidente ha ido incumpliendo todo lo que ha ido afirmando, y si tiramos de vídeo y de hemeroteca, vemos que finalmente nos está haciendo todo lo contrario de lo que dijo. Y la gente, como es natural, no sale de su decepción, estupor e indignación. El cabreo, es fenomenal y lógico.
La confianza en los políticos, ha caído por completo. Las calles están llenas diariamente de gente protestando ante las medidas y los recortes sociales, ejerciendo de este modo y libremente, el derecho constitucional a la libertad de expresión.
Hace bien pocos años, nuestros políticos y representantes, entraban y salían del Congreso de los Diputados, sin incidentes y con respeto y tranquilidad. La idea de rodearles simbólicamente, y de gritarles éso de: "no hay pan para tanto chorizo", o " manos arriba, ésto es un atraco", parecía algo solo restringido a la fértil imaginación de literatos o de pesimistas.
Hoy, la cosa ha cambiado. Banqueros y políticos están en el punto de mira del gran grito y rechazo social. Nos sentimos totalmente engañados y decepcionados. Solo les vemos como meros representates formales, pero bien poco más. No podemos creerles, porque nos desprotegen, y porque nos tienen realmente con el alma en un puño. El de la incertidumbre y el no futuro. Y a éso, no hay derecho.
En estos días, y al vernos ignorados por sus decisiones, nos hemos enfadado todavía más, y en respuesta, un grupo numeroso ha decidido hacer un simbólico rodeo en torno al Congreso, para que los políticos se sintieran más partícipes del más que fuerte descontento. Para hacerles ver, que estamos ahí a pesar de todo.
Fue triste, en el fondo, ver el fracaso político y la gran distancia hacia el ciudadano cabreado y enfadado. La policía, cargaba con sus porras, y les disuadía. Pero, lo policial, en un estado de las cosas como el actual, no ha de ser la mejor de las soluciones. No es solución, vamos ...
Si no fuera porque en el fondo les queremos, es que hasta les daríamos una colleja a ver si espabilaban, empezaban a crear puestos de trabajo, a poner el dinero a circular, a controlar mejor a los banqueros y financieros, y en el fondo a sedar las indignaciones.
Sí. Los políticos españoles tienen la pelota en su tejado, empezando por un ineficaz Presidente Mariano Rajoy. Solo en su mano, está que vuelva la sonrisa y la esperanza a la gran mayoría de los españolitos, que somos nosotros.
- ¿VERDAD, SEÑORES? -
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