Los Yébenes. España. La erótica del poder. La sexualidad y la intimidad. El machismo, y la moral imperante. Una concejala del pequeño pueblo castellano se hace un vídeo sexual, y un golfo lo pone a circular en internet. No se respeta la básica intimidad de la concejala Olvido Hormigos. El imperio del morbo parece todo dominarlo. El poder femenino y desnudo, mostrado a traición y a la vista de todos.
Los tabúes. La llaman guarra, puta y zorra. Piden su dimisión sus paisanos. Parece que el político debe ser angélico y asexuado. Existen unas reglas del juego de tradición inquisitorial que todo lo desquicia. Pero, ¿qué daño ha hecho a nadie la citada Olvido Hormigos? ...
El desnudo, el placer sexual de la mujer, sus partes genitales, su toda piel sin velo, el armario hipócrita de todo un modo atávico de pensar. La libertad femenina del placer de su cuerpo. ¿Tan graves son los vídeos?, ¿se utiliza la sexualidad femenina como arma arrojadiza y ventajerismo político?, ¿a qué el afán robado de que todo el mundo del morbo pudiera ver sin fronteras la placentera sexualidad de una mujer? El sexo, como arma electoral y vejatoria. La intimidad como descrédito. Si eres mujer, no te desnudes mucho o te llamarán de todas las cosas feas. El mundo hipócrita es así desgraciadamente. Hay una tentación permanente en la España profunda y hasta real, que es la de todos. Quitarle las sayas a una chica con responsabilidades municipales de poder. Castrarle la paridad y la libertad.
Los Yébenes. Toledo. España. Voces que claman contra Olvido: "¡Guarra, zorra, puta!" ...
La Iglesia, las costumbres, la forma de ver el mundo. El atavismo de la pureza y de la cosa fatal; casi demoníaca. El puritanismo de la estética fofa. El escándalo.
"La escandalera, el cura, Perales y Doña Asunción. Las cinco de la tarde. Comienza la reunión. Pobrecita, tan joven y ya con séis, claro que según se dice la protege Don José. Y hablarán del hijo de Don Ramón, tan listo que parecía se ha convertido en un pastor. Anoche vi a fulano que rondaba el callejón" ...
Olvido Hormigos debe tener el orgullo de ser mujer, y aguantar toda la presión. Nunca debe dimitir porque hayan colgado un vídeo sexual suyo en la Red. No. No es una puta, ni una zorra, ni una guarra, ni una cochina fresca. Solo es una mujer libre que no ha hecho daño a nadie. Aunque se grabe vídeos de sexo, no mancha a Los Yébenes, ni a Toledo, ni a España, ni a nadie. No ha robado, ni violado, ni asesinado, ni pegado a nadie. ¡Debe seguir! El sexo, no ha de estar reñido con nada ni con nadie.
Es necesario hacer oídos sordos a las viejas beatas o a la carcundia. La libertad cuesta éso. Sacar del armario la verdad y enfrentarte al poder fáctico, suele desgastar. Pero vale la pena seguir.
Mi conclusión es clara. El sexo sigue como tabú y mancha en la España moderna y liberada del 2012. El sexo y la mujer vendida, siguen siendo una gran cadena mediática de hipocresía. Los poderes de siempre, siguen ahí. Todavía el sexo para afuera, tiene connotaciones de indecencia y de perversión. Aún hoy y en el mundo, mucha gente dimite cuando le pillan en el sexo. ¿Por qué desacredita tanto el placer, y no digamos cuando procede de lo femenino?
-CUESTA CREERLO-
0 comentarios:
Publicar un comentario