Ahí están Alberto Contador y el "Purito" Rodríguez subiendo las montañas asturianas como dos colosos. Haciendo muy grande el ciclismo. Vaya par de maravillosos jabatos ...
Porque allí donde el desnivel se pone del 14% y pasan los kilómetros como siglos, y encima hay que subir Ancares, o Los Lagos de Covadonga, o la Cobertoria o Pajares, entonces te das cuenta de que una gran Vuelta ciclista por etapas no la gana alguien que se dope, sino un atleta de unas facultades fuera de lo común. Lo demás son cuentos.
Sí. La montaña lo sabe. Los pueblucos asturianos que marcan la cima del gran y precioso ciclismo de gran etapa de montaña, son fieles testigos de la dureza y de la grandeza de este deporte tan especial y subestimado, televisivo y atractivo.
"Purito" Rodríguez y Alberto Contador. Las rampas y desniveles. Los ataques del uno y los contraataques del otro. Tremendas palizas de ciclismo de espectáculo y de calidad, que son capaces de empequeñecer y de qué forma a Su Majestad el Tour de Francia.
Los gemelos de las piernas, como juncos apresurados. Subir la montaña a trisca o a hachazo limpio. La épica y la mítica. Nunca el ciclismo en una carretera llana, podrá concitar tanto atractivo y tanta emoción. Dos titanes españoles, contra un desnivel salvaje, bestial y bellísimo; casi inhumano. Ciclismo y dureza, solo para los grandes y fantásticos escaladores. Sí. Vale la pena ver a estos dos cracks luchando a brazo partido, y ascendiendo por lugares casi de cabras. Es fantástico ver la superación y la resistencia, y la pasión del aficionado español que llena las montañas de sangre alegre y que le devuelve al ciclismo la pasión sana y salvaje.
Es la gran rebelión. Los jefes de filas que escalan como montañeros y con pedal, se ponen al frente de las operaciones. Y cuando la carretera te dice que no y que tengas cuidado porque todo es demasiado duro, entonces en las cimas asturianas ataca el madrileño Contador a través de unos demarrages eléctricos. Y por ahora,-que la Vuelta es larga-, el catalán "Purito" Rodríguez le tira unas contras que te dejan con la boca abierta y que hacen dudar mucho a su más inmediato rival. La forma en la que Rodríguez ha llegado a la Vuelta, es impecable y hasta sorprendentemente soberbia. Contador, empero, echa de menos esa finura que solo te puede dar la gran competición constante y la lid continuada que despeja el músculo tremendamente voluntarioso. Por ahora, al coloso de Pinto, le faltan partidos. Y, "Purito", está sólido y confiado. Nunca puede saberse quién se acabará llevando el gato al agua. Aún quedan varios duelos bajo el sol por cubrir. Todo, a su tiempo.
Pero mientras tanto, ya dúo, Contador y Rodríguez nos hacen paladear todas las tardes de vértigo montañoso la gran belleza de este durísimo deporte. Sí. Las piernas se estremecen y se contracturan, el límite definitivo parece acercarse, los ataques imposibles son el denominador común, es admirable lo que ocurre en estas montañas diarias, y puedes saborear como lo harías con un potente y sabroso café lo que puede llegar a ser el gran y eterno ciclismo. Y entonces, tras las dos ruedas del esfuerzo ahora asfaltado, llegan la admiración y el aplauso. El ciclismo, pese quien pese, es un deporte fantástico.
-Y NO DIGAMOS SI HAY MONTAÑA-
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