miércoles, 27 de septiembre de 2023

- YO TUVE UNA NOVIA VAMPIRA. -



Me lo confesó desde el primer segundo. Era vampira, y me preguntó si yo sería capaz de guardarle el secreto. Yo le dije que sí con la cabeza, y ella me dijo que se había enamorado de mí porque me percibía extrasensorialmente como un tierno y noble joven, correspondiente a su amor de otros mundos. Que están en este. 

Me cogió la mano con rapidez, y paseamos durante muchas horas por la gran ciudad. Cayó la noche, y entonces ella me indicó que no soportaba la luz solar y que para sobrevivir se ponía gafas de sol.

Me lo puso a huevo. Le pedí que se quitara ya por fin sus misteriosas lentes, y ella me obedeció y pude ver sus ojos. Nunca podré admirar unos ojos como esos. Aquello era una mirada femenina, dura, penetrante, mágica, empoderada, sutil, demoledora y bellísima. Describir esos ojos y ese modo de mirar, me es más que imposible hacerlo.

Eran un halago sus ojos, y después sonrió y me dijo que ella no tenía nombre y que no se me ocurriera bautizarla con uno, fruto de mi ingenio.

- "¡Te llamaré "Noche"! ..."

Ella me sonrió porque vio la buena intención en mi ocurrencia, y me perdonó. Al lado de aquella calle, en cuyo banquito permanecíamos bajo la mirada alineada y esotérica de las estrellas del firmamento, había una iglesia muy antigua y popular a un tiempo. Y al hacerla ademán de que se animara a entrar conmigo a curiosear el elemento histórico, ella me aclaró que nunca jamás entraba ni entraría en esos sitios.

No le pregunté el porqué. Siendo vampira, sus razones tendría. Y además yo tampoco era aficionado a estos lugares. Solo los visitaba como turista, por no quedar mal, y para admirar sus estilos, cuadros o figuras. Pero, de uvas a peras. No soy creyente y tengo otros lugares favoritos para frecuentar.

- " Noche, tenemos gustos parecidos, ¿sabes? ..."

Ella no dijo nada pero me miró serenamente. Dos días después, mi novia vampira me sorprendió. Hacía mucho frío en Diciembre. Pero cuando hay atracción, el rigor del cambio climático parece querer apartarse para dejar paso a más sensaciones novedosas. Sin decirla nada, la atraje hacia mí. Al principio me sorprendió su fuerza. No conseguía moverla ni un solo centímetro. Y de repente, mi novia se dejó llevar y la besé en aquellos labios de negro carmín. Se puso las negras gafas y empezó a besarme con lengua y como nunca nadie lo ha hecho ni hará. Tenía unos dones que no han de ser de aquí de la Tierra. Esa dinámica endiablada y embrujadora, no  puede ser descrita ni aquí ni en ningún otro lugar. Porque "Noche" y yo pactamos todos los secretos, y porque tal como el Amor, carecen de forma de abordarse con propósito divulgativo o esclarecedor.

Mi novia siempre fue un misterio. Y a mí me encantaba ese misterio. Podía tener veinte años, o treinta o cincuenta. Porque no sé de dónde era capaz de transformar sus formas y facciones sin que por ella se quebrara un ápice de su belleza y de su sexy atractivo nocturno y tentador.

¿Sexo? Es importante en una pareja. Y eso estuvo en abundancia en nuestra vida de relación. Diabluras. Y a veces sentía que aquello sublime no podría ser el Cielo sino algo diferente. Olía a química más que a colonia, y ahí mi chica me engañaba al afirmar que odiaba los perfumes.

Mi novia tenía una larga melena y nunca llevaba móvil. Su mundo no era digital, sino el procedente de la eternidad o de la atemporalidad.

Sí. Bailamos en la disco hasta el amanecer, nos reíamos con algo de Alaska, o pelis de Krüger, o con mucho aguardiente de garrafón. Lucía mi chica unas largas piernas y bonitas, mucho tacón fino, aderezos con medias muy negras, minifalda, piercings en el ombligo, y unas uñas larguísimas coronando sus finos y largos dedos de seda. Nunca me sentí con ella en peligro de nada. ¿Entender el amor? ...

Rompimos pronto. Los horarios diferentes eran un hándicap, y también muchos secretos que no me gustaron. Los que me gustaron, son ciertamente inolvidables.

Un día me dijo que lo íbamos a dejar porque era de Centroeuropa, y debía cuidar urgentemente de sus padres, aunque fuese sacrificando nuestro amor. Seguro que esa noche, la esclava de Drácula, me estarían poniendo los cuernos con dicho Conde y con más gente. No todo fue frío o mal entre nosotros. Debía estar a merced de malas influencias. Y yo nunca entendí nada del todo.

-PERO ME QUEDO CON LA EXPERIENCIA-         




 

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