domingo, 18 de julio de 2021

- DEMASIADOS DÍAS. -



Demasiados días sin escribir. A mí, ha sido el primero en sorprender este hecho. Pero, habían razones. Incluso ahora que ya escribo nuevamente, tengo encima razones que me impiden escribir en mi blog con la frecuencia habitual. Y lo que ocurre es que estoy aterrizando y digiriendo poco a poco unos hechos y unas vivencias emocionalmente intensas y en algunos casos, inéditas.

Todo ha empezado, coincidiendo con una importante, a la par que necesaria, intervención de substitución total de una de mis rodillas. A partir de ahí, todo lo consecuencial me ha afectado y dejado huella. Ahora, el escribir aparece como un modo de ir reencontrándome conmigo mismo y con mi rutina de lo cotidiano.

Es potente, es doloroso, sorprendente, humilde, lentísimo, transito  un proceso de paciencia que no me es fácil acometer, y los sobreesfuerzos me han dejado realmente desfondado. Agotado.

Estuve un mes en casa ajena,-por la generosidad de un amigo del senderismo que practiqué-, y la convivencia ha sido una tormenta silenciosa y contenida. Esta tensión de espacios la he recibido con ganas de aprender. Me he probado a mí mismo con mi bisturí de la iterada paciencia, y me he puesto en la piel de mi compañero del piso. Es un hombre que vive solo,-como yo-, y al que le ha costado igual que a mí o más que nuestras habitualidades no impactaran en fractura.

He vivido unos días de enorme preocupación por los dolores intensísimos posteriores a la intervención de substitución de la rodilla, he temido y vivido inconsciencias propias y ajenas, y hasta el dolor ha paralizado mi habitual traca de pensar. He detenido mi vitalidad general y mi creatividad. Lo he pasado realmente mal en muchos aspectos. Pero me he unido como un titán a la idea de supervivencia y entereza, y mi futuro físico y funcional parece lejano pero prometedor.

Otro impacto ha sido el de volver de nuevo a mi casa. La maravillosa libertad, que consiste exactamente en hacer completa y plenamente lo que me dé la gana, y sin horarios ni otras voces de responsabilidad rivalizadora o el apremio del paso de los días.

Supervivencia en estado puro. Me ha permitido este verdadero shock, repasar a aquellos que son realmente amig@s, de quienes no lo son, he visto las hipocresías y los desencuentros, y en un animoso y afortunado cambio de ritmo he ido y voy capeando los temporales de mi soledad y de mi vicisitud y peculiaridad.

Esto de la recuperación de la rodilla, es cosa de algunos meses. Y ese será mi peor enemigo. Porque para mí, los cambios siempre son excesivas barreras u obstáculos inoportunos, y entonces el cuerpo me pide quitarles de ahí de un potente puntapié.

Pero, no. La cabeza me dice que nada de eso. Que, ahora, la palabra se llama de nuevo paciencia, y aprender a quererme y con autoestima todavía mucha más. Las exigencias prometen cansancios, pero también buenas perspectivas. En la medida en que con mayor rigurosidad obedezca las indicaciones de los médicos rehabilitadores, con tesón y medio plazo, lograré volver a caminar con absoluta naturalidad y tras años de demoras por la pandemia y otros sucederes de lentitud sanitaria cercanos al capitalismo.

2021, puede ser un gran año para mí. Y caminar, el mejor tesoro de salud. Y por eso me acuerdo del maestro Machado: "Caminante, no hay camino, se hace camino al andar ..." Por eso estoy por ahora más silencioso y atento, y deseando que todo vuelva a la normalidad y al éxito personal.

-QUE LO CREO MERECER-
 

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