En esa transición siempre con prisas,-tras la gloriosa e irrepetible era Guardiola-, el FC Barcelona se choca terriblemente contra el dios de la inmediatez y del presente. La gente quiere nuevos éxitos y nuevos triunfos, y todo lo demás ha de ser una hermosa nostalgia.
Se ha hecho casi todo mal en Can Barça. Se ha estado estático y viviendo del glamour durante demasiado tiempo. Ha faltado decisión y energía, empezando por el presidente Bartomeu y acabando por el último de los jugadores. Y de aquellos polvos vienen estos lodos actuales que huelen a enrevesado mal rollo y a un laberinto.
El gran problema del Barça actual es que el equipo se ha parado y no va. Ya falló el año pasado el recurso del calmo y anodino "Tata" Martino. No era el del Barcelona un mero problema de ansiedad sino de dinámicas y de nuevas sonrisas.
El Barça no podrá fichar jugadores en todo este 2015. Y eso es un problema porque se han cometido tan grandes errores que no se sabe siquiera el nombre de algunos jugadores, por inadvertidos y menores. No se ha fichado bien.
Acaban de echar al director técnico Zubizarreta y a Puyol. El actual entrenador Luís Enrique está demostrando su incapacidad para dirigir convincentemente la nave azulgrana, y su nulidad para la diplomacia parece flagrante. No es tema de látigo sino de psicología y habilidad. El Barça tiene catorce buenos jugadores y hay que aprovechar lo que hay. Sacar de ellos todo el mejor rendimiento es una gran asignatura pendiente. Y hacer del banquillo una suave ausencia que logre sedar. Falta orden y confianza.
Los dineros de Neymar y de Messi están en la polémica y casi en la irregularidad. Pero eso puede tener solución fiscal. El que más y el que menos se ha pasado económicamente de la rosca. No es un mal estrictamente azulgrana, sino general. No hay manos negras sino demasiados listos. Y eso se extiende al presidente Bartomeu y al ex, Rosell. Quizás vendría bien el revulsivo de una nueva Junta Directiva fruto de unas elecciones. Falta un traje nuevo.
La cara de Messi es la cara del Barça. No está a gusto Messi, y el Barcelona no está a gusto sobre el terreno de juego. No ha hecho el equipo de Luís Enrique un gran partido completo desde que comenzó la temporada. Tremenda decepción.
La cuestión son los consensos y los acuerdos. El Barça está tan mal y mareado que le irán fatal las ausencias. Necesita retener y mantener, reflexionar y meditar sin tomar gordas decisiones. Tal y como está ahora el patio de revuelto y de negativo, se trata de recuperar al mejor Messi y con la mejor actitud. Messi es ahora vital para mantener en todo lo alto la ilusión culé, Si se quieren cosas ya.
Suárez no marca goles, el juego no tiene patrón ni solidez, y la tristeza de funeral es contraria a la ilusión de cada domingo en el que el seguidor va al Camp Nou en busca de sonrisas positivas. Por eso ahora más que nunca, Messi. El Barça necesita hacer un armazón sólido pero sin olvidar que en sus filas tiene la suerte de tener al mejor jugador del planeta. Poca veleidad pues.
Hay que hacerse a Messi, calzar a la medida del argentino y consentirle bastantes cosas. Messi es demasiado importante en este desierto de la transición del Barça. No se pueden permitir el lujo de no contar con él. Nunca hay recambios para el 10. Y menos tal y como está ahora el Barcelona.
¡ÁNIMOS!
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