martes, 13 de enero de 2015

- ANNE SE ESCONDE EN LOS GRUPOS -



Siempre ríe. Anne siempre ríe. Nunca para. Su dinamismo impresiona. Antes muerta que quedarse quieta. Es un torbellino. Y cuando llega su tiempo de ocio, se desata en ella la pasión.
Necesita andar, reír, hacer sus chistes, y ser el foco de atención. Sí. Ella necesita nunca pasar desapercibida. Porque muchas veces su dolor íntimo transcurre inadvertido y Anne no se alegra de que no la comprendan.
Anne, busca. Tras el fallecimiento de su esposo, la mujer se siente vacía y quiere llenar. Y hacer, y dibujar, y hacer spinning, y pavonearse ante hombres más jóvenes, y sobre todo nunca estar quieta, seria o callada.
Anne detesta la quietud. Se duerme si decide tal práctica. Es puro nervio y purasangre, no quiere ni le da la gana pensar, y posturea una y otra vez  construyendo un personaje juerguista y despreocupado que nunca es ella misma. Y como se te ocurra echarle en cara que va de frívola y de escurridiza, de banal y voluble, entonces Anne mostrará unas garras especiales en las que se apreciará que alrededor de dichas uñas hay como unos sarpullidos de autodefensa y unas heridas abiertas en extremo.
Anne es ahora la cerveza y la tapa, la paella y sus nietos, y la fiesta, y el coche, y el taxi, y el tren de vida, y el no parar, y su independencia, y vivir al día sin preocuparse en exceso acerca de lo que pasará dentro de una jornada o unas horas. Y su futuro y su presente hacen una cópula de blindaje necesario.
¿Es Anne una manipuladora y una comerenciera? Es más que posible. Pero no lo hace por joder. Lo hace porque necesita en realidad más oxígeno que otras y que otros. Más atención.
Tiene ojos vivarachos y sabe ser sexy y gustar. Utiliza su experiencia de la vida para seguir caminando, y sabe refugiarse bien desde su aparente espontaneidad. Porque los grupos de amigos que busca Anne no existen. Solo son su discurso recurrente y engatusador. Lo que quiere ella es la gran masa y perderse en ella. Cada día unos hombres y unas mujeres diferentes, y probar, y seguir siguiendo, y buscar en inercia hacia adelante un chupito de anís del Caribe.
Si el grupo se reduce y se hace auténtico, Anne se siente mal y hasta protesta. Necesita la queja y cagarse en su yerno, y no va a consentir que le digas que no, y ella siempre va a tener toda la razón, y ten cuidado porque tiene la lengua erizada y te puede arrear si no le gustas bien. Es clara en su impulsividad. No existen los colores intermedios. Blanco, negro, y se acabó. Los matices no están.
El día que Anne aterrice y baje de su nube podrá ser traumático y a la vez, feliz. Cuando Anne encuentre un amor real, entonces llorará a mares y se echará a sí misma toda la culpa de haber osado dar el paso. Y toda su pose de artificio y el personaje que ha construído, deberá caerse como los ídolos y sus añicos en estrépito.
A Anne parece dolerle demasiado amar. Pero, amará. Es lo que ella teme cada vez que deja un grupo de amigos para pasarse a otro. Que en ese otro se encuentre a sí misma y no necesite reír a carcajadotas para poder amar. El día que Anne se reconcilie consigo misma tendrá a su disposición a todos los hombres que le dé la gana. Y entonces deberá tomar decisiones.
-COSA QUE LE ATERRA-

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