domingo, 21 de diciembre de 2014

- SERGIO RAMOS, MEJOR CENTRAL ACTUAL UNIVERSAL -



Sevilano. De Camas. Rubio y del Real Madrid. Último ganador del Mundialito de clubs de fútbol. Defensa. Central. Impecable y maduro. Seguro. Impasable. Rápido como un atleta sin fronteras. Con credibilidad. El verdadero corazón del equipo del magnate Florentino.
No tiene la elegancia de los grandes centrales históricos. Sergio Ramos aparece como desgarbado y con aparente poca técnica. Pero todo es efecto estético. Porque la sobriedad efectiva y la contundencia oportuna del rubio central de la Roja, compensa todos los hedonismos o las máximas.
Parecía imposible que Ramos pudiese llegar a la cumbre que ya ha tiempo que posee. En el Sevilla FC explotó como lateral derecho e hizo sus primeros alardes como central. Se discutió en el Real su posición en el campo y cómo pararse la impulsividad de sus instintos corretones hacia sus dudas.
Sergio Ramos pasó a ser discutido. Y luego fue siendo menos azar, y a continuación se fraguó como titular tanto en su Madrid como en el equipo del Marqués de Del Bosque. Pero para un alegre sevillano como él, la rigurosidad de un buque friote como el Real Madrid y su tamborrada mediática no le iban a resultar bien al carácter. El choque estaba servido.
Mas Ramos siempre confió en sus fuerzas. En sí mismo. Le vino bien para las bohemias y arriesgadas noches de juergas de los cracks el que se casara con la actriz de televisión Pilar Rubio. Esa relación pareció darle estabilidad y la resolución que precisaba para pasar de bisoño a veterano, de ruborizado a agresivo. A duro.
Se sacó todos los complejos de encima. Ahora ya se ríe de cuando se le cayó una Copa del Rey de sus manos en el autobús festivo, y hubo chanza. Las bromas las ha sellado el gran Sergio Ramos desde el día a día a ras de césped que es en donde se gana el respeto un jugador colosal como él. Sensacional.
La Champions. La ganó él el año pasado con aquel cabezazo funesto para los seguidores del Atlético de Madrid de Simeone. Otro cabezazo suyo sembró la alfombra roja de este exótico Mundialito del clubs sin rivales y con un Real muy por encima.
Se atrevió a templar sus temblores tras errar varias penas máximas, y marcó un golazo a lo Panenka que nos dejó con la boca abierta. Ascendió y ascendió brutalmente hasta una cosa que se llama regularidad, seguridad y tronío. Un grande.
Las discusiones ya se acabaron. Ahora Sergio Ramos es el mejor central del planeta fútbol y justifica todos sus privilegios. Es el defensa top, del que te puedes fiar, el que nunca se va a dar por perdido, el que te va a ganar hasta desde sus declaraciones, el gran guerrero de lujo; el exhuberante tarzán de blanco que corretea y con sentido muy cerca del balón.
En este Madrid sin techo y de encuadre y postal, de Ancelotti, Cristiano o Kroos, el defensa casi albino de Camas le da al equipo del Bernabéu esa raza y pegada defensiva que necesita toda escuadra seria y con opciones a lo que sea.
Los equipos necesitan un líder sólido y una escoba anímica que jamás se arrugue. Una esperanza en la que cobijarse. Él es. Está en el Everest de su carrera hace ya años. Vive allí.
-NO HAY OTRO ATRÁS COMO ÉL-

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