viernes, 3 de mayo de 2013

- SOY UN ANCIANO Y NO ME ESPERABA ESTO -



Voy a cumplir setenta años ahora para Junio. Me jubilé hace unos años, y estoy casado con mi señora, la cual tiene dos meses menos que yo. Casi que no lo creeréis. Conocí a Merche cuando éramos dos jovenzuelos, nos casamos, y desde siempre hemos estado y seguimos juntos. Suerte, ¿eh? ...
Pero Merche se empeña en decirme que no me ve tan alegre y hasta pasota del todo como yo era antes. En fin. Es que a veces la vida te depara unas cosas que nunca te esperas. Jamás esperé esto que está pasando aquí en España y en el mundo mundial. Parece mentira que esto esté pasando. Sí. Lo de la crisis y esas cosas. Andamos muy mal de dinero. Vaya noticia, ¿verdad? Sí. Está la cosa pero que muy apretada. Demasiado apretada.
Y el otro día estuve pensando en ahorrar, y a veces me arrepiento de lo que se me ocurre. Pero es que tememos no poder llegar a fin de mes, llevo viviendo en esta casa desde que nos casamos, soy de extracción obrera que creo que no lo he dicho antes, y mi mujer también es pobrecica como yo. Y encima nuestros dos hijos, chico y chica, están en el paro, y se las ven canutas para darles salida a nuestros nietos. ¡Oh, pobres nietos sin futuro! ... Y mira que yo soy optimista, y creo que las cosas irán a mejor y cambiarán para bien. Pero tengo que reconocer que está cayendo una tormenta que se llama impotencia y decepción democráticas. Oye, que nos tratan como si fuésemos sacos o estuviéramos otra vez en aquella dictadura. Parece mentira ...
Perdonad. Me he enrrollado, y no os he terminado de contar las cosas. Soy Miguel, y el otro día fui a crónicos al ambulatorio, dado que tengo las teclas propias de mi edad. Me dieron las recetas, que por cierto cada vez me quitan más a mí y a mi señora, y al ir a la farmacia aquello es que era un gasto. Y como la buena de Paquita, la farmacéutica, nos conoce de toda la vida, se puso tensa la pobre porque era bastante dinero y sabe que nosotros apenas tenemos. Aún así, pagué hasta el último céntimo y subí los medicamentos a casa.
Y pensé seriamente antes de tomar una decisión. Lo que estoy haciendo es que de las tres pastillas, me tomo una y media solo. Porque he pensado que si no voy a la farmacia o al médico, igual me los quitan todos y es peor. Y me pongo malo y tal, ¿sabéis? Así que si me tomo menos pastillas, entonces tendré un poquito de más sosiego económico. Pero Merche no se va a enterar. Nunca debe saber esta pillería desesperada que se me ha ocurrido.
Sé que hay riesgos. Pero más riesgo es que me toque abandonar la casa e irme con Merche a un albergue, o que me deshaucien, o que no pueda pagar la luz y el agua, o los gastos de la escalera, y sobre todo que no pueda darle todos los meses unos eurillos de ánimo a mis hijos en el paro. Detallitos ...
Y el caso es que el otro día me noté unos pinchazos aquí en el pecho que no es que me preocupen mucho porque en seguida se van, pero como nunca los he tenido, me da un poco de cosa. Sin duda, es porque me tomo menos pastillas. Porque cuando llega la noche y me tomo las pastillas, es que se me va todo en seguida. No falla ...
Yo ya soy un viejo de los que no cuentan, y cada vez contaremos menos. Yo lo hago solo por mi mujer y mi familia. Soy creyente y me confieso a veces. Pero al cura no le he dicho de mis pillerías con los medicamentos que no me tomo para así ahorrar, porque sé que D. Vicente el sacerdote no solo no me perdonaría ésto, sino que lo primero que haría sería contárselo a mi Merche. Y no quiero disgustos.
Sí. Me he vuelto un abuelo pecador y poco legal, ahora que me voy haciendo un viejales. No tengo remedio. Y por cierto que ya no hago la Bonoloto, no porque no tenga ilusión de que me toque, sino para ahorrar.
Pero yo os digo que esto es solo experimental, ¿sabéis? Porque si sigo con los pinchazos, prometo que tomaré todas las pastillas otra vez, que no quiero ver sufrir a mi Merche. Y entonces ahorraré por otros sitios sitios que sean menos atrevidos. Pero no tengo más remedio que seguir ahorrando.
- YA VEREMOS, YA VEREMOS ... -

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