miércoles, 6 de agosto de 2014

- MARÍA VICTORIA ÁLVAREZ, CUENTA Y ENAMÓRAME -



Ella. La de ahora. La estrella mediática que persigue con su mazo justiciero y quizás desenamorado, al clan presunto chorizo de los Pujol.
Ahí la veo. En verano. Delante de mí llenando la televisión. Cual mujer europea y sin prejuicios que dice saber toda la verdad de lo que pasó. Seguro que la sabe. Por eso me embobo con su seguridad, con su serenidad ante las cámaras, con su elegancia de mujer de burguesía catalana y española con saber estar.
Hembra, dama y señora. Femenina que sabe que atrae. La mujer que enciende las posibilidades y que hace alzarse buenas alarmas. Y caigo de mi azar a los pies de sus largos brazos, y seguro que de sus maduras y kilométricas piernas, y muchas cosas más que nunca habré de decir. Es la erótica del poder. Ella es la chica protagonista de las batallas de los avaros ambiciosos del dinero, y con un punto también por la vanidad.
Amó a Pujol. A uno de sus hijos. Vivió todas las cloacas y los sinsabores, y fue arrastrada por el love fou y hasta interesado de todos los hombres fundamentalmente del poder. Del status y de los ficus, del interiorismo y de la clase elevada. Como la misma Victoria Álvarez de clase posible y elevada. Arriba.
Inalcanzable y contradictoria, la diosa del sí y del no, la bien pagá, y la apartada a empujones de su presencia femenina y digna por todos los hombres malos. Y señoras del nunca fiarse.
Mas Victoria es madura y lista, y ha vivido más que mucho, y me ofrece la posibilidad de admirar su desparpajo y hasta mi  audacia en ironía y verdad.
Victoria. Esa es la palabra. Victoria de tu sensualidad, reina de la experienciada y serena aventura, chica normal y europea, liberada, española, sin cuentos retóricos y con la diplomacia necesaria para epatarme.
Victoria es verano y quejido, hercúlea fragilidad y playa serena tras el tsunami que parece que vivió. Nunca será fácil para el Eros. Le han hecho un daño de desengaño que no le resta para saber que también hay otros chicos de la película que son buenos, y que la vida siempre ha de seguir así. Hay que ser chica de la película antes que sencilla o anodina. Tú vales mucho ...
Llamas de tú, llámame de tú, yo no te robaré nada que no sea el corazón de la llama y la vela, recházame, ignórame, considérame tu fan exótico de verano al lado de tu pareo de playa un poco de limón con hielo y maraca.Todo tu zumbón.
El rostro es tuyo. Quizás por unas horas, por unos días, por unos desquites eternos, por una magia personal que lanza energía y vitalidad, y que sonríe con la ironía de quien calla kilómetros más que quien otorga. Algún beso imaginado.
Pujol contra Victoria. Alí contra Foreman. El combate diferente. La femenina voz que se alza queda y contundente tras su semblante pleno y confiado. Apuesto que sí, Victoria. Yo no soy los Pujol, ni tengo pasta, ni te he presionado, ni he entrado a tu casa a robarte ni un amago de tu sonrisa complaciente, ni te he declarado hacia mí tu inmenso atractivo.
No, Victoria. Solo ha sido el sol, y el calor, y los medios, y tu diosa mediática que te dice sí. Solo ha sido un tinto selecto en una terraza con tele en La Malvarrosa, o en las Sheychelles, o en un lugar con intimidad, móvil y piscina. Solo ha sido el mar, y el empuje, y las licencias de la escritura que desea que sigas contando hasta más aún de lo que más que sabes.
-TODÍSIMO-

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