domingo, 21 de febrero de 2010

-REHABILITACION-

Te has hecho daño, pero finalmente tomas convicción. Te vas al médico. Y el galeno te dice que te has jodido las rodillas y que eso se llama artrosis, y que si habrás de hacerte artroscopias de limpieza, descansos, y mil leches en vinagre. Al principio, contrariedad y mala leche.Adversidad,coño. Que las piernas están para andar...¿y ahora, qué? ¿Ahora? Ahora a hacerle caso al médico, a tener paciencia con el no poder estarte quieto; a aguantar la necesaria inmovilidad o impotencia funcional. A ser un marathoniano de tu salud. A cuidarse tocan. Aunque parezca que se acaba el mundo para tí, solo es una rabieta emocional y carente de argumentos sólidos. Unos meses de operaciones, y cuando se termine el proceso prudencial y sano, entonces vamos a ver qué pasa. Vamos a luchar para poder. Para poder demostrar que tenemos ganas de seguir. Fundamental. Vamos a la rehabilitación: "Oiga,doctor, no me haga mucho daño cuando me doble usted la rodilla. Por favor..." Todo son miedos. Uno, no se cree que pueda lograrlo. Pero eso depende de cada constitución, de cada ganas, y de cada universo personal. Mas en este caso veo magia positiva. Hay convicción. Convicción de conejo inquieto. Hasta que de pronto, como mil magias en una, te das cuenta de que ya puedes dar un paso. El primer paso. Y le coges euforia, y te haces daño. Y cuando vas a decirle al médico que ya va saliendo, resulta que ahora te duele la otra pierna como la leche... Sin embargo, el médico te tranquiliza. Y te dice que eso entra dentro de las reglas de juego de la recuperación, y que no pasa nada. Que hay que intentarlo de nuevo. Y le dices que sí para que se calle. Y al día siguiente vas al gimnasio sin alegría, y desmoralizado.Un mes más tarde, ya puedes andar bien. ¡Ostia! Se puede conseguir. La rehabilitación funciona. Esto, va. Te coge moral.Y en ese momento, tu ADN se pone a prueba y a funcionar. Pocos meses después, el médico te dice que ya estás bien, y que el alta. Ya está. Rehabilitado significa, que no hagas otra vez el burro y que te cuides más para no volver a recaer. Y entonces, si te gusta el deporte, pues te enfundas la ropa correspondiente y sales a ejercitarte. Todo el miedo del mundo. Hasta que finalmente llegas a casa sin resentirte. ¡Enhorabuena! Posdata: Si no logras la recuperación deseada, hay otra rehabilitación que nunca falla y que es la que hace que nunca se pierda la ilusión y la alegría. -ESTA ÚLTIMA,ES LA MEJOR REHABILITACIÓN-

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