lunes, 21 de septiembre de 2015

- PAU GASOL AGRANDA EL MITO -



Español, catalán, europeo, gigante del basket, y en el foco de todas las maravilladas y masivas miradas. Es el campeón europeo y de todos los campeonatos y torneos, ¡Pau Gasol! ...
Larguirucho e inteligente, contenido con los medios, correcto, maduro y actual, barba personal y hasta icónica, y una enorme alegría en el medio de los mejores deportistas españoles de todos los tiempos.
Gasol representa la viva imagen del triunfador y del superdotado, del viajado por méritos propios a la fábrica del éxito y de la oportunidad deportiva, como son los EEUU.
Gasol es ganador y profesional. Trabajador. Muy alto y muy concreto. Listo y versátil, pilla todos los balones aéreos, se va de sus rivales gigantes en el uno contra uno, es regular en tiros de dos, y lanza hasta triples que entran limpios y fáciles.
En este Europeo de Francia, se ha exhibido. Ha hecho casi todo lo que ha querido. Ha sido decisivo y no ha visto rivales de entidad. Gasol ha sido España. Él solito. Él, y cuatro más. El, y Chacho, y Rudie, y Reyes, y Mirotic, y Llull, y unos compañeros de buen nivel que ha dirigido con mucho orden y acierto el seleccionador Scariolo.
Gasol, Pau, se echado el equipo a sus espaldas y se la ha jugado contra la potente y anfitriona Francia de Parker, y se ha llevado el gato al agua levantando al público español de sus asientos. En la final contra Lituania, ha sido ese actor hollywoodiense que sin despeinarse se ha lucido y se ha impuesto con su personalidad, dándole cauce de oro a las aspiraciones españolas. Porque Pau es de oro ...
Gasol es un elegido y un privilegiado. Y tiene otro hermano oso y alto que es otro portento de deportista, también triunfador en la NBA.
Pau es el sueño logrado por el que pugnan todos los chicos españoles. Ha conseguido ganar la NBA siendo titular de Los Ángeles Lakers. ¿Alguien da más? ...
Bastantes más de treinta años que no se notan apenas. El gigante flaco sigue teniendo resistencia y se ha curtido jugando burradas de partidos todos los días. América le ha venido fetén, y se ha vuelto un dios humilde y hasta cercano. Comparte olimpo ibérico con Nadal o Miguel Induráin. Se admiten pocos nombres más ...
Son los tiempos de una nueva generación mágica en donde el mago Juan Carlos "la Bomba" Navarro estaba ahora en las gradas. Es el Iniesta o el Xavi del baloncesto. El one. El Sabonis español que lleva en su zurrón todas las sorpresas frescas del mejor baloncesto y que no tiene miedo ninguno. Su baloncesto es valentía y responsabilidad, genio y figura, temple y suavidad, y ese movimiento o recorte final que solo los mitos poseen.
No se sabe muy bien por qué ese flaco larguirucho sin afeitar, es tan bueno y decisivo, y por qué la suerte está de su lado.
Lo que se sabe es que ha vuelto a ganar y a ilusionar, y a hacer que pasaran cosas distintas y expectantes, y nuestras y para nuestro beneficio, y ha sido y ha estado colosal y rutilante, y en una forma plena, y ha valido la pena el sufrimiento y el escepticismo truncado, la incertidumbre y hasta la tensión.
Porque al final ha habido como siempre postre y rosas, colonia, tarta y cava, champagne y licor de sonrisa, y más risas, y vestuarios mojados con olor a campeón.
¡OLÉ, PAU!


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