jueves, 10 de septiembre de 2015

- FALTA UN POETA -



Un ángel de la sorpresa. Un luchador. Un maravilloso animal contestatario. Alguien presente y en medio de la mente de todos. En el glande absoluto del podio de la Poesía. Ahí en ese cielo falta un poeta. Un ser especial que lleve flamígera y punzante la gran victoria contra la prosa, y a la vez que cambie el mundo y lo haga todavía más denso y estético, sensible y absolutamente demoledor.
Falta un crack descendiente de Homero o de Píndaro, o de Machado, o de la nacionalidad excelsa que sea. Se echa de menos a un gran canalla valiente y arrollador. Alguien con la pegada de Frazier y el éxtasis de Teresa en sus rimas y versos.
Un ser sonante, y asonante, y rockero del mal, y pícaro, e irreverente y rompemoldes. Y que sea de hoy, de ahora, de este momento, de este contexto, de esta piel y de esta libertad.
Quiero que me digas el nombre de ese poeta esperado, ante cuya premisa los buitres y los videntes de las cartas dicen que sí. Alguien que enamora y apasiona, y que te hace el amor y la paz, y que se le quiere tanto como se le admira, y que cuando pone el bolígrafo sobre el papel o la yema de sus dedos sobre el teclado de su ordenador, es capaz de ponerlo todo patas arriba.
Y mira que hay poetisas y poetas potentes y brillantes. Mas falta un dios poeta capaz de cambiar las reglas del juego y hacerte reír. Un Denzell o un Tom Cruise, o una Miley Cyrus de la santa Poesía.
Alguien que sienta celos de él. Que un prosista se vea superado y matado por el fulgor imparable de una poesía de música nueva y pionera. Un leñero de la rima y del verso. Alguien capaz de darle la vuelta a la tortilla y convertir los géneros minoritarios en asuntos masivos y sexys del prime time de la tele y de los medios. Un monstruo vendedor mágico , capaz de hacerte perder los nervios por su magnitud e imbatibilidad. Un tabú. Un mito nuevo.
Porque la poesía necesita héroes hasta de mala reputación pero con oro en las venas. Que en varios versos escritos esté la esencia de toda sabiduría y la explicación al origen de los manantiales de agua fresca que brotan en las montañas como tesoros a admirar.
Sí. Falta un poeta. Un poeta ambicioso y que todo el mundo lea y sepa hasta de su vida privada. Un tipo, que cuide poco su aspecto exterior, que cree un personaje, que discrepe con las promociones editoriales y que destroce todas las ligas y corsés.
Hace falta un ser casi de metal, sabio y campeón mundial de vates. Se necesita un agente histórico y duradero, consistente, largo, constante y arrollador. Alguien que nos diga a su magna manera que hacer versos puede ser todavía una cosa enorme, y que la verdad tiene senderos todavía no explorados ni explotados.
O por lo menos, yo lo espero. Yo espero a ese kamikaze y a ese gladiador de las revoluciones que despierte a hachazos poéticos nuevamente las conciencias dormidas y hasta perversas y locas.
Quiero verle. Ahí. Enfrente de Messi o de Lebron James, o de Scarlett Johansson, o de Vargas Llosa, u osando porfiar con Gabo o Alberti, y haciendo la gran batalla final contra el Manco de Lepanto. Necesito a ese poeta ausente y siempre esperable. Ha de aparecer.
¡SIEMPRE!

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