lunes, 1 de junio de 2015

- LA PITADÍSIMA -



Rechazo. Sordina al Himno español. Pitada. Pitadón. Pitadísima. Miles de aficionados del Barça y del Athletic de Bilbao esperando el momento del mediático simbolismo. España a pito. El Rey Felipe y su presencia rechazada por vascos y catalanes. Concierto coral y al unísono de silbatos y protesta pitada. No se quería oír el olor a España. Molestaban de plano las referencias. Aquello no gustaba. Estaba de más. Se entrometía entre la felicidad de los sentimientos festivos de unos y otros. Aquello, no ...
De más. Lo español parecía estar de más en la gran Final de la Copa del Rey de fútbol. Los de Pérez y Bernabéu se habían quitado de en medio la astucia sentimental. En el campo blanco no habría final. Ni siquiera la iba a haber en el vecino Estadio Calderón. Las sensibilidades quedaban abiertas y servidas. Cada uno en su territorio iba a imponer lo que le pasase por la gana. La libertad de expresión tiene la manía de ser irreverente y muy poco complaciente. Se contagia la sinceridad en medio de esa caldera de pasiones que es el fútbol. Los aficionados marcan sus reglas. El árbitro será siempre el entrometido santo cabrón. En un campo de fútbol se vomita todo el instinto de libertad, y entonces el director de la contienda es un tío ridículo que siempre la estropea para darse protagonismo. Es la gran sentencia recurrente. El juez, el único que sabe de libertad y de fútbol, el único soy yo ...
Felipe de Borbón. Y Grecia. España. ¿Qué se hace cuando a uno le pitan tanto y tan unánimamente?, ¿irse de allí?, ¿seguir impasible aguardando el chaparrón en busca del anonimato final?, ¿qué mandan las ordenanzas y la autóritas?, ¿qué es lo mejor y lo peor?, ¿qué se siente cuando la persona pueda pensar que no está representando a nadie allí en el acto deportivo?, ¿continuar como si nada? ... Eso hizo el Rey.
España invertebrada. Ortega y Gasset. Los diferentes pueblos que componen mi país. Las lenguas diversas, las características propias, los bailes autóctonos, las independencias, la sardana, el aurresku, el Himno de Riego, Franco, la Transición, la Guerra Civil, la diferencia, las contiendas, las guerrillas, los odios, las heridos y los muertos, la zona republicana, el futuro, el referéndum, el proceso de paz, el golazo de SúperMessi, la superioridad del Barça, la mirada bella y ambiciosa sobre la Juve, la despedida del gran Xavi Hernández, los colores eternos, la imposibilidad que marcan las distancias, la nueva Democracia de los cambios, el PNV, Ada Colau, Podemos, y la vida que corre a la velocidad luz de lo esperable.
Pitada brutal. Al símbolo de España. Nadie ha consultado a los ciudadanos españoles si quieren Monarquía o República. Han hecho continuidad de tapadillo y privilegio el PP y el Psoe. No quieren añadir tensiones. España dicen que es una e indivisible, innegociable y siempre cuerpo entero, y en medio del pitido nada puede oírse que no sea el estrépito de los sentimientos volcados al viento. El síntoma de lo significativo.
Euzkadi, Catalunya, Castilla, Canarias, Andalucía, la Selección Roja de Del Bosque, Extremadura, la inmigración, los radicalismos, el dictador, los nuevos arribistas, los corruptos, los inmovilistas, los aristócratas y burgueses, la Banca y el IBEX 35. Casi todo se mueve en torno a ellos mismos y a su verdad.  España fue un pitido de estrangis y potente. Grabado. Le dijeron que no a esos Borbones que rescató el tirano del atrás.
España pasó por reformas y por Juan Carlos de los elefantes y de los mensajes de Navidad, alabó la apostura de Suárez y se rindió a la neodemocracia de Felipe González. Después vino el tedio y el bigote, los desacuerdos, y el PP, y la bandera macro de Colón, y pocos cambios substanciales más. Todo de papel y de cartón.
En la Copa de España no estuvo apenas España. Hasta Villar era vasco. Lo que pasa es que hay distancias y eternos desencuentros. Y políticos extremadamente delgadísimos.  ¿Qué estarían pensando los mitos Telmo Zarra y Ramallets? Seguramente, andarían concentrados.
-DESAPERCIBIDOS- 

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