El gran boxeador y bombardero Jack West había solicitado en varias ocasiones a su amigo Bonder,-capaz de organizar las mejores veladas de boxeo-, una vuelta al ring tras sus más que triunfales combates en donde despachaba una y otra vez a la lona a todos sus antiguos rivales antes de abandonar su flamante carrera deportiva tras una decisión sorprendente y desconcertante. Y esta vez su amigo Bonder le dijo que sí, pero le alzó la condición de que de nuevo destronase a su adversario, el cual era nada menos que Rongow Swit, el actual campeón mundial de los pesos semipesados.
Volvió de nuevo a la actualidad el gran Jack West. Pero ahora era otro hombre. Otro modo de ser, otra forma genial y extraña de encarar las cosas, y otra enorme sorpresa que nadie esperaba.
¡Toque de campana! Comienzo del gran combate esperado. West tiene mala conciencia en su cabeza y desea reprimir todos sus intentos de violencia. Y necesita ahora poner en práctica su idea de redención. Asquea de dicha violencia y va a intentar otro modo de encarar a sus rivales. En este caso, Rongow Swit, actual monarca oficial.
Jack West nunca da pasos hacia adelente. Al revés. Lo único que hace una y otra vez es protegerse. Nada más que eso. No recibir el castigo. Pero nunca va a hacia su rival y le cede la totalidad de la iniciativa.
Rongow Swit se sorprende gratamente, y piensa en que retendrá con facilidad su cetro de campeón. Avanza con decisión hasta su rival y le mete exactamente pegado a las cuerdas.
West es lo que esperaba. Se tapa sus puntos flacos una y otra vez. Cierra los espacios. No deja que Swit le acierte. Le para, le sigue, le frena, le controla, y sigue agazapado en las cuerdas amigas y a la vez peligrosas. Desea no tener que golpear jamás a su rival y que decida la técnica y la concentración. Jack West solo es un zen que se defiende.
Avanzan los asaltos y Rongow Swit empieza a perder la paciencia. Comienzan a dolerle las manos de tanto golpear infructuosamente al ex campeón y bombardero. y la gente que puebla las gradas del inmenso y repleto "Boston Arena", está asombrada. No saben su abroncarle o admirar la capacidad del viejo Jack West con su infinita paciencia y dominio técnico.
Finalmente hay muchos gritos y comienza una bronca enorme. Le dicen a West que deje de hacer el nenazas y que avance de una puñetera vez sobre su rival. "¡Tongo!", "tongo!", "¡¡ gallina!!" ...
Pero Jack West está demasiado concentrado como para escuchar ningún tipo de sonido. Jack West está ahí porque siente que su violencia es absurda y casi irracional. Quiere sentirse grande pero de otra manera. Pocos lo entienden ...
Rongow Swit comienza a abrir la boca. Está desfondado porque los intensísimos asaltos hacen mella. Swit no puede evitar sacar la lengua. Se siente impotente, frustrado y agotado. Y le hace una prueba a Jack West. Se viene hacia atrás camino del centro del ring buscando una nueva estrategia de boxeo abierto y alternativo. A ver si de este modo cambian las cosas ...
El rostro de West sigue sereno, templado y concentrado. Sigue levemente a su rival y deja por un momento las cuerdas. Y en dicho centro del ring y guiado por su perfecta y atlética cintura va burlando y hasta driblando una y otra vez los golpes de su rival. Apenas levanta sus guantes buscando la guardia desarbolada de su rival. Solo es una protección con piernas.
Rongow, maldice. Ni así logra arrearle a West los golpes necesarios y claros que manden a su rival a la lona. Siente que no tiene nada que hacer. West no sigue su violencia, no hace por ponerse nervioso, no teme a nada de él; parece sito en una dimensión de seguridad y de confianza que realmente asusta.
West sonríe por adentro. Ya ha redimido su mala conciencia. Ha vencido en toda regla a su violencia de otrora. Y en el último asalto, su rival resbala fruto del enorme cansancio y el árbitro le aplica una y otra vez la cuenta de protección. Aquí solo hay un nuevo campeón y cerebral. Todo un hombre confiado.
-COMO JACK WEST-
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