Acaba de morir. Mi madre. Este escrito podía terminar aquí. Siempre la quise. Y ahora está todo demasiado caliente. Siento el dolor inevitable de la ausencia. Mierda de ley de vida. No hay consuelo en el duelo sino reminiscencias ilusas. Ella se ha ido, se fue, no volverá, nunca estará más, adiós y punto. Punto final.
He llorado lo que no está en los escritos. O, lo que está en mi corazón desnudo y noble. Me he cagado en todo lo posible y he mirado hacia las nubes lluviosas en búsqueda vacía. Porque estoy vacío, sin sonrisa, dolido y jodido, decepcionado de sorpresa. Porque siempre esta muerte es esta puta sorpresa que te rebasa y viola. La muerte de una madre siempre viola la emocionalidad y tiene la virtud de volverte más realista y asquerosamente auténtico.
Soy ateo. Mi madre ha sido creyente de toda la vida. Siempre fue a misa y le iba perfectamente el tema religioso. De modo que la ceremonia ha sido presidida por el cura, y un puñado de familiares y amigos me han dado las condolencias.
He puesto cara de bobo sonado cortés, y les he ido dando la mano a ellos y besos a ellas. Algunos no la querían a mi madre. Eran fariseos del morbo. Venían a quedar bien socialmente y a hacer bulto. Otros, también la apreciaban. Y, de verdad. Porque mi madre fue pura y real, tierna y especial, tesoro y alegría, y más cosas que siempre guardaré en el top secret de mi corazón.
Ganas me daban de reírme y de darles un corte sonoro de mangas cuando se acercaban a darme el pésame los hipócritas. Potenciaban mi dolor y me producían tal rechazo que mejor contenerse porque yo también tengo derecho a tener pose social.
De todo. Ha habido de todo en uno de los días más tristes de mi vida. Nunca olvidaré esta fecha porque es real y me llega al sentimiento. Sí y sí. Soy consciente de que la vida nunca se detiene, y que cantarán los pajarillos como si nada, y los cuarenta principales, y habrá fútbol y tal, y risotadas en los bares con sabor a birras, y la gente se habrá enamorado exactamente hoy mismo, y muchos niños habrán nacido en este mi funesto día.
¿Y qué?, ¿qué importa que lo cotidiano siga igual o como siempre, estando yo tan rojo de dolor?, da igual que sea lunes o martes, jueves o sábado, o si ganan las Elecciones esos que ustedes saben ...
¡Nada importa ya! No. Ahora se impone una cosa de espanto que se llama silencio y ausencia. El silencio. Ya en el tanatorio estaba prohibida la alegría y el placer. Y ahora el ataúd y la tumba, y los sepultureros trabajando en lo suyo, y las bendiciones, y las velas, y la corona de flores, y la casa de decesos y las gestiones, y también su puta suerte y la mía.
Se tiene mucha mala suerte cuando se muere la madre de uno. Y yo estaba serio y lloroso. Muy serio y muy lloroso. No parecía yo, pero era exactamente yo. Me daba igual ir desnudo que vestido, peinado que despeinado, lavado que sucio. Todo, un pito.
El sacerdote no conoce mi ideología. Y el hombre ha venido a mí al verme compungido y muy jodido, y me ha dicho muchas cosas realmente poéticas y bellas. Dice que mi madre ya ha dejado de sufrir, y que estará en el Cielo con mi padre y con sus demás seres queridos, y que no me preocupe que se me pasará todo, y que cualquier cosa que él pueda hacer por mí que no tengo más que decirla e intentará complacerme.
Y me ha seguido hablando. Yo, le miraba como un budista zombie y contenido.Y el cura seguía diciéndome que me confortara en la fuerza de la fe porque mi madre estaba ya allí con todos los suyos y los nuestros y eso. Y a mí se me ha escapado: -"Ah, ya, y jugando al tenis y tal, ¿no?..."
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2 comentarios:
Hoy entre a ver tus relatos.. hacia tiempo que no entraba...ni animo ni ganas ...demasiado cansancio del día a día. Cómo no me lo dijiste? cómo no me escribiste?..Me hubiera gustado saberlo y poder haberte dedicado unas palabras con todo el cariño que sabes que te profeso. Lo siento mucho..en el alma y siento cada una de las palabras de tu escrito.. que hermoso sentimiento que has demostrado cada momento que estuviste con ella y que hermosa dedicación con tu artículo. A mi me toca ahora.. ya hace tiempo...esa dualidad de sentimientos.. que no sufra pero querer verla a mi lado...¡¡¡¡ cuanto dolor y cuanta impotencia ¡¡¡¡, Ya tienes otra perlita brillante en tu corazón que te acompañara el resto de tu vida y espero que te llegue esa paz interior del cariño cumplido durante tanto tiempo que la cuidaste. Besos mi querido amigo maguito.... ya sabes que los silencios no son ausencias.. hay algunos que hablan sin necesidad de transmitirlos . Animo.
Aunque no lo creas, mi relato es ficción, Metuki. Una especie de preparación para algo que afortunadamente no ha sucedido todavía. Siento que te haya impresionado mi ansiedad novelada de anticipación. Te quiero mucho, Metuki!
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