jueves, 10 de agosto de 2023

¡¡ BAHAMONTES !!



Otra sociedad. Otro contexto. Ninguna libertad. Mucha hambre. La postguerra Civil española. Sobrevivir en el día a día. La ausencia y precariedad como constantes. ¿Qué sería el deporte en esas potentes limitaciones? El deporte en sí no sería nada, a no ser que hubiera dinero por en medio.

La creación de un personaje la daba la vida desnuda y real. El corto plazo, el momento, el día a día, el no poder ir más allá.

"Federico" Martín Bahamontes era un chico toledano que se hizo rarito casi sin querer o sin percatarse. Se sabe que era fuerte, y también que tenía coraje. El coraje que necesita un pobre  para salir adelante. El brío absolutamente imprescindible para no caer en la fatalidad. Éso, le hizo destacar sobre todas las cosas. Su mala leche, para pasar entre la broza buscando sueños.

¿Que fue el primer atleta español carismático de la Historia? E incluyo a Santana, Nieto o a Seve Ballesteros ... Insisto. La genialidad de sus hazañas ciclistas habrían de ser consecuenciales a su situación social.

Se le recuerda como el más grande escalador de todos los tiempos. E incluyo a Gal, Bobet, Coppi, Bartali o Pantani, o al apellido que se quiera. Bahamontes era mucho más y hasta mucho menos que un deportista. Un maravilloso paleto, salvaje, chulito, echado hacia adelante, brusco, impetuoso y sin miedo a la autoridad. ¿Existe algo más peligroso y respetable que no poder comer por falta de alimento? ...  Superada la prueba límite, Bahamontes no atendió a mucha gente.

Le daba todo un pito. En su impulsividad de atleta colosal, no medía las situaciones demasiado. Tenía el genio de la dureza y la fortaleza de los grandes grimpeurs. Fue ciclista como pudo ser otra cosa. No se planteaba ganar o completar el Tour, sino que se centraba en la etapa del día día. Ahí lo daba todo.

¡Héroe en el 59! Ningún españolito había ganado el Tour. Fue el primer ciclista español en muchas cosas. El pionero que nos suena y que se impone a Trueba, Loroño o Berrendero. Fue lo que hoy se llama pionero mediático.

Se firmó con "El Águila de Toledo". Ni siquiera se llamaba Federico. Un día subió las montañas, llegó el primero y esperó a sus rivales tomándose un helado. ¡Mucha mítica! En realidad, le habían tirado piedras y roto los radios de las ruedas. De modo que debía parar a esperar a que llegaran los mecánicos del coche de su equipo.

Bajando, Bahamontes se arrugaba. Y nunca medía las consecuencias de sus actos. ¿Qué era eso de dosificarse?, ¿tener a alguien que decidiera sus deseos?, ¿que los periodistas le tocaran los bajos cuando quien subía la montaña era él y solo él? ... ¡Ni hablar! En el Tour no aceptaba superioridades ni condicionantes de ninguna clase. Como en la vida. Sencillamente, que le pagaran y punto pelota.

El extraño genio era así. Nunca ganó una Vuelta ni un Giro. Solo un Tour. Pudo ganar siete u ocho. Pero a Bahamontes solo le preocupaba la inmediatez y la supervivencia.

El otro día vi un reportaje televisivo, en donde era entrevistado en charla por Perico, Miguel Induráin y el periodista Carlos de Andrés. En un momento dado, el genial toledano, afirmó, mirando a los dos grandes ciclistas:

- "Yo era mejor que tú. Y que tú ..."

No lo decía como boutade de personaje con carisma de generaciones. Bahamontes lo decía todo a la cara. Sin milongas. Lo bueno, lo malo y lo regular. Nunca supo de la suavidad. La vida no le había sido suave. Al revés. La vida le había dado más palos que a una estera, y una fuerza física portentosa. No había podido pensar demasiado que no fuera en los garbanzos del día a día. No es que le costara sonreír o complacer. No. Sencillamente fue la vida que le marcó la supervivencia como camino. Ya había superado con creces los noventa años de edad. ¡Una bomba física!

D.E. P.
 

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