Del Bosque entregó la cuchara. Puso sobre el torneo francés todo su orgullo y apuestas sin ambages. Se tornó tozudo, repitió siempre el mismo once, y el equipo se resintió física y anímicamente.
Vicente Del Bosque deja la "Roja", y ha querido asegurar. No se ha fiado en absoluto de los nuevos, y se ha blindado iteradamente a lo bueno y conocido. No debió sacar a los de siempre ante el anodino partido de Croacia, y su obstinación nos llevó al gran grupo de los peces gordos en donde una Italia con oficio y fiel a su tradición nos mandó prematuramente de vuelta a Madrid.
Los buenos no podían ser suficiente caudal para seguir con garantías un torneo de nivel como siempre es la Eurocopa de selecciones nacionales. Iniesta, Silva, Ramos o Piqué, no debían ser exprimidos como un limón teniendo en cuenta edades, una burrada marathoniana de partidos, motivaciones y continuidades. Una selección sólida, ha de ser mucho más que eso, y disponer de más balas que la inspiración de sus geniales jugadores emblemáticos y preñados de calidad.
España ya no puede tener aquellos futbolistas que nos enamoraron ni aquella solidez. El fútbol, se muere. Las generaciones brillantes, de poco igualar, dan paso a unos relevos de menos nivel.
La "Roja" ha sido Campeona de Europa y Mundial. Todo. Y además lo ha sido fiel a un estilo de fútbol bello y brillante, a un tiki-taka de control de balón en busca del pase genial y definitivo.
Se jubiló Xavi Hernández, y nuestra selección perdió a ese mágico timonel y director que Iniesta o Silva nunca podrán ser. Después marchó Alonso, y arriba se nos fue el rápido y goleador Villa. Hay mucho jugador especial que ya no puede estar. Un síntoma es que estando Ramos y Piqué en la zaga española, yo sigo echando de menos al poderío y la raza efectiva y de tensión del gran Puyol.
España ya no puede jugar regular y marcar su paciencia y dominio de control del balón que nos garantizaba éxitos maravillosos. Ahora, con el equipo que hay, la "Roja" jugará grandes partidos salteados y perderá la consistencia permanente de ese poderío que la llevó a la felicidad y a la cumbre más alta del balompié.
Nuestro equipo sigue siendo una excelente escuadra, la que mejor juega, pero ya no es lo que fue porque es imposible. No tenemos un solo delantero centro en el que confiar, ni un solo suplente capaz de entrar y ponerle sal y enchufe al partido a España. Lucas Vázquez aún está verde para esto, al igual que un Thiago Alcántara que no termina de romper a jugar y a dirigir. España ha jugado bien al fútbol porque tiene y conserva con Fábregas, Iniesta, Silva o Busquets, la enorme calidad primorosa que siempre atesora.
Tampoco De Gea es Casillas, lo cual refuerza sin duda la idea de los inmerecidos pitos que el ex del Real recibió. Iker no solo fue nuestro gran capitán en el campo con unas paradas escalofriantes, sino que se nota que para relevarle ha de serse otro portento. De Gea lo intenta y muestra enormes calidades, pero todas las comparaciones con Casillas serán injustas.
Del Bosque se despide fiel y agradecido a aquellos que nos dieron vanidad de éxito por todos los campos conocidos. Se va como diciéndoles que muchas gracias, y que los nuevos no pueden terminarle de convencer. Es su advertencia final de entrenador realista y cansado de la brega mediática y de que los éxitos no pueden llegar a pesar de ser tan esperados.
A dos años del Mundial de Rusia, se completará apresuradamente una nueva generación de futbolistas. Y los nuevos y buenos, deberán concretar y dar a conocer esa deseada nueva excelsitud.
-ACABA UN CICLO-
1 comentarios:
Pues se habla de Caparros como sustituto.El cambio seria total.Del futbol joya y admirable que hizo soñar al planeta...,a la España,antigua,de los cojones y entradas al borde del reglamento.Volveran los pelotazos largos y la furia española.Recuperaremos la testosterona .
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