Me siento una mota de polvo escribiendo acerca de un titán. Porque seguramente el gran Muhammad Alí fue el mejor deportista de todos los tiempos y el gran king del boxeo.
Un genio dormido por el puto párkinson que le sobrevino seguramente a causa de tantos y tantos impactos en su cabeza. Realmente, el boxeo es peligroso incluso para este dios en vida y en muerte que forma parte de la leyenda de mis mitos e ídolos más evidentes.
Se ha ido un tiempo. Un trozo de tiempo que no puede volver. Pero Cassius Clay, lo vivió todo bien vivido. El "loco" de Louisville marcó una época dorada e imposible de ser borrada por nadie. Me impresionó su vida, de la misma manera que me impacta la ley de vida de su desaparición. ¡Descanse en paz, maestro! ...
Me divertía este mocetón guapo que bailaba con la complacencia del gang Don King mientras se escuchaba la voz de Sinatra y de toda la jet set americana, en el ring del Madison Square Garden de Nueva York. Cita obligada y con etiqueta.
Alí, le dio mucho a América. Fue un maravilloso rebelde que se negó a ir a Vietnam, que defendió a su raza negra en tiempos del Black Power, y que sobre todo, me ganó con su antológica vitalidad.
Bailaba. El gigante dormido, bailaba alrededor de sus maravillosos rivales como Frazier o Foreman. Poseía una agilidad impropia de un peso pesado y una técnica boxística 5 estrellas. Era un fenómeno. Un ciclón. Alguien que nace y que nunca puede tener sucesor. Se fue el "Jeff" de este negocio.
Yo me reía cuando este atractivo mocetón se dirigía a la cámara de la televisión en pleno combate y minusvaloraba en vivo a sus rivales dejándolos en evidencia. Alí era un huracán. Un fantástico y exagerado extravagante que a todos producía admiración. Su ego mediático y pionero le hacía justiciear y fanfarronear exclamando: "¡Soy el mejor! " ...
Era el mejor. Era, muchísimo. Era un niño grande y fantástico, lleno de sueños y de libertad. Fue el inventor de la idea del show en el deporte de masas y de la gran competición. Orgulloso, arrogante, elegante, comediante; terrible cuando lanzaba su jab en forma de picadora avispa letal de necesidad.
Cuando Clay se encerraba en las cuerdas, la gente sentía muchas emociones. Y entre murmullos y clamores y cuando el maestro veía asomo de agotamiento en su fiero rival, salía como una metralleta y empezaba el rápido calvario y final de sus rivales. Y entonces América y el mundo, poníamos la cara de la sonrisa admirada y satisfecha. Había vuelto a ganar, como hizo con Foreman en su último asalto y en su gran hazaña en África.
El gigantesco nivel de este mito de la historia del deporte universal es demasiado pesado para ser transportado en glosa y loa a través de unas escasas y modestas líneas llenas de nostalgia y admiración. Es una bandera del deporte. Un as ahora a media asta.
Alí, a pesar del párkinson, hizo lo que le dio la gana y fue feliz a su modo y manera. My way. Fue singular e irrepetible, y todo el deporte le debe en estos días un silencio y un recuerdo a un ser maravilloso y monumental que acaba de irse.
¡ADIÓS AL MÁS GRANDE!
4 comentarios:
Hay colosos y colosos.Ford creo un imperio.Fue un coloso empresario que pensaba que sus obreros debieran de ganar sueldos estupendos para que compraran sus coches.Toda una filosofia de un colosal empresario.Rajoy es un colosal por todo lo contrario.Casius es un colosal deportista que empleo su fama para enfrentarse a la guerra del Vietnam y a colosos tipo Rajoy.
Ojala algunos recojieran el testigo
De tan grandes personajes.Hoy,pululan politiquillos de poca monta y menos miras aun.Prima lo inmediato.Como en su dia el ladrillo y luego recogemos
Los demas su ceguera y miras cortas.Un colosal deportista y un ,aun mayor,colosal ser humano.Lucho en el ring y contra Fraciers y Sonnys Liston en la vida fuera del ring.Enfrentarse a lo establecido es,efectivamente,de un colosal ser humano.Descanse en paz.
Amigo José Vicente:
Una despedida al Maestro de maestros.
Un abrazo.
Amigo José Vicente:
Una despedida al Maestro de maestros.
Un abrazo.
Un abrazo para la amiga Emilia!
Publicar un comentario