Personalidad y gusto por la sorpresa de la innovación. Un culo inquieto de la televisión, que evolucionó hacia su convencido sino de la aventura activa.
Recuerdo siempre sus bigotes excesivos y sus ojos más que claros en el corpachón de un potente atleta y periodista. Miguel de la Quadra-Salcedo era corresponsal en el extranjero y nos informaba acerca de los conflictos políticos y de las guerras tremendas.
Pero siguió la idea de Rodríguez de la Fuente por otra vertiente. Su animal de las aventuras, sería el mismo ser humano. Salió de los platós cerrados y encorsetados, se rebeló, y se hizo al monte de su verdadera vocación en el periodismo abierto de la comunicación.
Fue nuestro Rambo de la tele, que se metía en los charcos más corajudos, y en vez de sentirse víctima de las adversidades y de los peligros, a Miguel parecía estimularle el riesgo. El riesgo fue su aliado y su amigo.
Un día nos enteramos de que era heterodoxo y de que había sido campeón de España de jabalina y casi campeón mundial. Y de su pasión extrema por los viajes y de su ausencia total del miedo. El verdadero comunicador, debía mojarse el culo.
De la Quadra hablaba suave y claro a un tiempo. Era cuidadoso y contundente a la vez. No podía soportar los asfaltos y la comodidad de las ciudades. Él era campo y horizonte, y delicado y siempre ceremonioso y profesional ante las cámaras reverendas. Sabía su oficio y su objetivo en unos tiempos de libertad y de color que le abrían sus expectativas y sus anhelos.
Miguel de la Quadra-Salcedo, forma parte de la historia de nuestra televisión, y de la historia vital en ella de desmarcarse de la forma aburguesada de hacer periodismo. Necesitaba ir, llegar, afrontar, alejarse, vivir las selvas y la dureza de las estructuras vacilantes, pisar con sus botazas y chirukas pedruscos insólitos, y vivir como pocos su gran pasión.
Al final, se volcó con los Andes y la ruta Quetzal, y se metió de lleno en la sangre casi adolescente de la historia viva, y practicó plenamente el ejemplo de la antixenofobia. Sus viajes eran excusas y conquistas para compartir y mostrar. Se sentía y quería ser eternamente joven, y la mejor forma que halló fue rodearse de muchachos dispuestos a salir de los nidos y de los primeros temores. Miguel fue un gran public relations de campo y polvo, y amó a su país y a muchísimos otros pueblos distintos aparentemente al suyo.
Fue un reportero y aventurero de raza y pasión. A pesar de nacer en Madrid, se sintió vasco, a pesar de todo se marchó a su Dorado a hacer las Américas, y sobre todo, hizo feliz a muchos amigos.
Fue un amateur del jugarse el pellejo. Tuvo coraje y decisión. Nunca dudas. De Machado. Hacía camino y pionerizaba la aventura y la fantasía televisiva con el único fin de agradar y de disfrutar. Era el jefe de las expediciones lúdicas e históricas, y un admirador embobado de todo aquello que iba descubriendo por el camino de su tremenda decisión.
Salcedo fue un tipo especial. Único en lo suyo y absolutamente inolvidable para las personas de mi generación. Un atleta periodista y viajero, amante de la dureza, de la verdad y de la concordia. Un embajador activo con una personalidad imparable y arrebatadora.
-DESCANSE EN PAZ-
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Lanzamiento de peso: 14,37m en Poitiers el 26 de agosto de 1956.
Lanzamiento de disco: 51,00m en San Sebastián el 8 de agosto de 1960.
Lanzamiento de martillo: 49,25m en Oviedo el 25 de julio de 1956.
Lanzamiento de jabalina: 48,60m en 1958.
Lanzamiento de jabalina estilo español o Erausquin: A final de los años 50 Miguel de la Quadra-Salcedo logró una marca de 112,30 m. [cita requerida] Para ello utilizó el "estilo español " o estilo "Erausquin", técnica creada por Félix Erausquin. Pero la IAAF prohibió la técnica por peligrosa para los juegos olímpicos de Roma del año 60 y anuló todos los registros previos
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