domingo, 3 de mayo de 2015

. J.C. MONEDERO SE REPLIEGA EN "PODEMOS". -



Me reía con él. Delicado, en la tele casi todos los martes en las mañanas de "Quatro Televisión", con sus gafitas de profesor universitario y su expresividad en sus ojillos. Decía lo que pensaba, casi todo lo obvio y que responde a mi verdad de gente de extracción obrera y con muchas ganas de más auténtico futuro democrático más allá de las meras palabras huecas e instituidas como verdades indiscutidas o irrefutables. Oxígeno libertario y potente.
Juan Carlos Monedero era una voz combativa y estratégica dentro de su meteórico y casi sorprendente partido "Podemos", el cual llegaba a dejar casi en pelotas a prácticamente todos sus rivales y de todo pelaje político. Especialmente a los del bipartidismo. Le arreaba al PP y al PSOE.
Carisma. Es lo de Monedero. Carisma y gracia. Porque el mago Pablo Iglesias significaba el líder que va a contener las emociones y que institucionalizará la idea de gran jefe e impulsor de la indignación de los españoles y en especial de los de la protesta necesaria del 15-M. Monedero era el necesario tocahuevos mediático. Y éso, para algunos, debía ser absolutamente intolerable. Le veían realmente peligroso y molesto. Y le comenzaron la cacería. El Poder empezó a soltarle castañazos.
Que si no sé qué de Venezuela. Que si se había embolsado un dinero sin declararlo bien, que si el ministro Montoro deslenguándose y poniéndole ilegalmente el dedo en el ojo, que si se escondía en el Metro, que si ya no era nadie para representar pureza y moralidad. Y todas las artimañas destinadas a sacárselo de en medio. El juego de la política no suele tener miramientos ni concesiones.
Monedero debió sopesar las cosas. Ser político parece implicar unas estratégicas contenciones. Y el politólogo, que hace un año no sabíamos ni quién era, pero que ahora aparecía como el nuevo Alfonso Guerra del 82, era un hombre libre y de lengua liberal. Decía y seguiría diciendo absolutamente todo lo que le viniese en gana. Pesaba cada vez más, y sus rivales no aguantaban al nuevo ciclón que acompañara a final de año a Iglesias al Palacio de la Moncloa entre encendidos y sentidos gritos de gente esperanzada y admirada, la cual volvía a pensar que la política podía no ser el mismo rollo de siempre e incluso una oportunidad para la esperanza y la mejora.
La política es implacable. Íñigo Errejón le dijo a Pablo que lo que representaba Monedero podía ser una fuente de rivales interminables encarnizados en número y hasta en canallismo. Era mejor una tranquilidad hasta abúlica para las estrategias. El pueblo no querría tanto sobresalto diario y mediático. El ruído y la movilidad de Monedero podía serles perjudicial.
Pablo Iglesias se lo pensó muchísimo. Sabedor de la fuerza mediática de su amigo, dudó hasta la saciedad. Los últimos meses fueron muy raros en "Podemos". ¿Qué estaría pasando con el carismático Monedero y su gracia de atracción?, ¿qué sucedería con su futuro? ...
A Monedero, hombre de rapidez, no le gustaron las demoras. Yo ya no me reía con él porque ya no salía en la tele, le seguían dando por saco en todos los medios, y el hombre se cansó de no tener dentro de su Partido el respaldo necesario. ¡A descansar y a la Universidad de nuevo! ...
J.C. Monedero sigue en su "Podemos". Pero ya no será figura política. Dice Pablo Iglesias que esto no influirá en los votos. Que lo importante es que la gente esté con ellos, que no se marquen distancias, y que la fuerza de su grupo político es la fuerza de la implicación de todo un conjunto social y no de unas personas individuales.
Lo que pasa es que suplir a un peso pesado como Monedero no será ni puede ser nada fácil, porque Monedero solo hay uno. Puede ser peligroso un substituto correcto pero aburridote y sin chispa. Un fuerte riesgo.
¡GRACIAS, MONEDERO!

0 comentarios:

Publicar un comentario