domingo, 17 de mayo de 2015

- AGRADECER -



A veces me cae una lágrima procedente de mi ojo izquierdo. Y cuando eso sucede, me acompaña una emoción sincera y especial. Natural y auténtica. Os cuento. Veréis.
Ayer tuve un concierto coral en una barriada muy popular de Valencia como es la de Nazareth. Zona ya portuaria, marítima, castiza y con muchos problemas estructurales. Allí aconteció el concierto homenaje y solidario, "África Grita".
Fue todo muy bonito y cada uno puso modestamente lo mejor de su parte. Como yo mismo en el interior de la Iglesia mientras cantaba con mi coro las canciones anunciadas y correspondientes.
Tuve de todo. Momentos de mayor concentración, momentos de menoridad musical y emocional, e instantes en los que disfruté con una sonrisa interior que logra salir al exterior cuando me sentí uno con la música y con las melodías. Especialmente al cantar el "Thula Swize" de los zulúes.
Pero de lo que me siento hoy realmente satisfecho es de algo doble y nuevo que me sucedió. Y me sucedió y sucede las ganas de sentir la potencia del agradecimiento. Yo, con los otros. Yo, devolviendo a través de la verdad de mi corazón la alegría de quienes bien me quieren a través de sus hechos incuestionables.
Antes, ni lo hubiera podido imaginar. Os lo confieso. Antes no hubiera sido capaz de valorar lo que ahora he logrado descubrir y que forma parte de mi proceso real de crecer como persona y de ubicarme mucho más mejor en el mundo que me rodea.
El afecto. El afecto de los demás. Sí. Lo he logrado aún casi sin darme cuenta. Hay gente que me ha tenido en su mente, hay gente que yo he sabido agradar y respetar, y dar ese cariño que ahora me viene a mi recompensado.
¿Cómo iba yo a imaginar que hubiese gente que me quisiera y que tuviera el detalle y la molestia de venir a verme y de seguirme? Todo tiene su explicación y su lógica. Me alegro, a pesar de los años transcurridos, que la vida social haya llegado a mí y con todo su calor y su potencial. Es un amor que envuelve.
Podría dar los nombres de las personas que vinieron al concierto y de las que no pudieron aunque lo desearan fervientemente. A todos ellos les doy las gracias y modestamente. Solo soy un tenorcillo de una coral amateur que tiene su sede social cerca del mar y al final de la Avenida del Puerto. No aspiro a mucho más aunque la música es un hobbie que me apasiona. Todo tipo de música o casi toda. Siempre me gustó cantar y me siento bien por ello. Eso es seguramente alegría natural interior.
Pero, me estoy yendo por las ramas. Porque el verbo de este escrito no solo es agradecer, sino darme cuenta de mis progresos como persona. Ahora ya tengo en mi vida a gente que me quiere, y que se acuerda de mí, y que me tiene en cuenta, y que se alegran de verme. Y yo de verles a todos ell@s.
Y lo que me veo es en ese agradecimiento y en esa satisfacción. Ahora veo mucho más claro que antes que he de esmerarme por mantener y cultivar ese tesoro que es la amistad. Quererles todo lo más auténtico de mí, escucharles más, tenerles más en consideración, ser más real y coherente conmigo mismo, y avanzar igualmente en medio del camino de mi libertad y de mi responsabilidad. 
Tengo amig@s porque voy empezando a ser realmente amigo de mí mismo. Y ese tesoro es lo más bonito que nunca jamás podrá sucederme.
-NO TENGO DUDAS-

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