miércoles, 30 de marzo de 2016

- EL SUPERTROYANO -



- "Eso no es de aquí ..."
- "Pero, ¿qué dices?..."
Ese virus es una bomba nuclear extraña y que se comporta del modo más heterodoxo y cruel. Es un ente libre que parece mofarse de todo el orden establecido.
Y lo jodido no es que lo piensen los más sabios expertos en informática americanos. No. Lo temible es que coinciden en el diagnóstico y en los estragos, rusos, chinos y fundamentalistas de Isis. El cañonazo es general. El agujero es como un gruyère terrestre hecho por el más experto en taladrar y neutralizar, contaminando todas las lógicas de comunicación posibles.
Toneladas de antivirus van camino del Supertroyano. Pero el fracaso sanitario y tecnológico es de estrépito. Inútil o estéril, es el calificativo que mejor define la impotencia y el fracaso de quienes se están enfrentando a este increíble virus que todo lo puede.
Ha dejado en paños menores a todos los sistemas de seguridad de las más grandes potencias. Ha espiado y pasado toda la información a los elementos y poderes más irreconciliables. Ha destruído a todo el secreto del Poder. Ha jibarizado a toda la sofisticación informática, desvelado secretos auténticos y terribles, se han podido ver sin ambages las alianzas entre quienes realmente mandan en el Globo, ha inutilizado millones de computadoras de diferentes niveles, y ha jugueteado con puntería entre las barreras y los límites. El Supertroyano hace, sencillamente, lo que le da la gana.
- "Ese hijoputa campa a sus anchas con absoluta libertad y no podemos llegarle para neutralizarle ..."
- "Ya le dije antes que eso no puede ser de aquí, señor ..."
El Supertroyano lo único que parece querer hacer es destacar la vulnerabilidad y la menoridad de la tecnología terrestre frente a él. Y quiere hacer ver que todos los enemigos del planeta están unidos en esa idea de la permeabilidad de todos los sentimientos además de las neutralizaciones globales fallidas y absolutamente decepcionantes para nuestra especie.
Este virus no pretende levantar demasiado el brazo de unos y denostar a otros. Es como si deseara decir que eso de la enemistad y de los choques es un absurdo cuando se está en la misma línea de catástrofe y de inseguridad general. En el Caos.
Es la sensación de que ganadores y perdedores, de que buenos y malos, de que diferentes modos de pensar sean una marionetas fofas a merced de las ganas del virus majestuoso, olímpico e imbatible.
En casi todos los idiomas del mundo y en petit comité, se escucha la misma interrogación: "¿Y qué carajo podemos hacer ahora? Estamos en sus manos. Ese Supertroyano hace lo que le nace para dejarnos a todos en ridículo. En última instancia nos ha hecho un desnudo global y con absoluta pernada. Hemos perdido todos, ¡coño!..."
Y de repente, una señal. Como un fenomenal fogonazo. Y todos los ordenadores ya funcionan bien. Ya puede cada cual defenderse. Los americanos, los rusos, los chinos, los fundamentalistas, los piratas, los pasotas, los antisistema, y aquellos a los que la informática les importa una higa.
El Supertroyano se ha ido como llegó. Sin saberse cómo y porqué. Restableciendo la normalidad y el orden aquí. Pero los científicos de todo el mundo ya no paran nunca en sus respectivas y localistas líneas de investigación. Su objetivo es averiguar qué demonios pasó, evaluar todos los daños, y seguirse mirando de reojo todos los espías atávicos y enemigos. Las fábricas de armas se han tranquilizado, y sube el IBEX y el NIKKEI. Y los rusos y los chinos están más relajados, y los fundamentalistas y hasta los piratas.
En los medios oficiales se consensúa un diagnóstico. Dicen que ha sido una enorme avería general. Y así lo vomitan todos los servicios pretendidamente informativos.
¿DECIR LA VERDAD? ...

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